lunes, 10 de marzo de 2008

El niño que limpiaba polvo estelar...


...Y el niño todas las mañanas salia de su casa, tomaba su capa, y volaba por la ventana de su habitación. Se ganaba la vida limpiando el polvo de estrellas que cubría planetas lejanos, y su jefe era un monstruo gigante, sentado en una de las lunas de Júpiter, que todos los días lo mandaba a galaxias cada vez mas lejanas, a limpiar planetas cada día mas mas aburridos...
Aveces, cuando iba camino a algunos planetas extraños en constelaciones aun no descubiertas... jugueteaba con pequeñas estrellitas fugaces, que le traían noticias de tiempos mejores... en otras nebulosas y universos. Saltarinas, cantoras, y de muchos colores, las estrellas fugaces alegraban su camino.
El trabajo del niño, consistía básicamente en limpiar el polvo de estrellas, y tirarlo al hoyo negro mas cercano... pero ya muchas veces se dejo llevar por el ocio y el aburrimiento, dejándolo libre en el espacio... "lo limpiare luego de todas formas, da lo mismo", pensaba el niño...
Todas las noches llegaba a su casa, lo que mas le alegraba el día, era ese momento, amaba su hogar, sus lunas, sus estrellas propias, sus soles!... al llegar, todos los días sacaba mil sonrisas de su refrigerador, y las devoraba acompañadas de caricias y abrazos... nada lo hacia mas feliz que su hogar... nada.

Cada día, la bolsita de polvo estelar se le hacia mas pesada, si jefe le gritaba mas, y mas le molestaban las estrellitas que encontraba en el camino... Al llegar al fin a su hogar, ya no quería nada... tiraba la bolsa y pegaba la puerta al entrar... las sonrisas comenzaron a congelarse en el refrigerador... y las caricias y abrazos se enfriaban en el horno... aun amaba su hogar, pero todo su malestar del día, lo desahogaba en el... tiraba las cosas, y no media las palabras que usaba, su hogar comenzó a entristecerse... y las casas de alrededor, comenzaron a notar que su color era cada vez mas opaco...
De noche el niño comenzó a sentir su hogar mas frío y lejano... lo cual lo agobiaba mas... lo echaba de menos, pero no era lo suficientemente sensato para reconocerlo. Sufría en su interior, pero nunca se percato, convertía ese sentimiento en ira, que desahogaba cada noche al llegar a su hogar, primero, porque no podía hacerlo con su jefe, y segundo, porque sentía en su hogar la confianza mayor de hacerlo, contra lo que mas amaba... y comenzó a sentirse muy solo...

Un día, su jefe lo mando a un lejano planeta, 5 galaxias mas allá de la famosa estrella azul del norte... el planeta era enorme y solitario, "aburrido", pensó el niño... lo que lo enojo aun más... No se preocupo de usar la bolsita, se ubico en cada punto extremo, y soplo con mucha rabia todo el polvo de estrella que había en el planeta... el polvo dio vueltas, y se alejo rápidamente por entre las estrellas, sin rumbo, y el niño se sintió aliviado... "el camino mas fácil, fue el mas rápido"... pensó el niño, y se sentó a descansar...
Ese día, mientras volaba a casa, se sentía raro... "quizás lo que hice no fue lo mejor...", pensó, tenía un pequeño sentimiento de incomodidad en su alma, esperaba que todo estuviera bien...
Cuando ya era de noche, estaba llegando a su planeta, debía rodear la órbita de Marte y aterrizaba en la Tierra... pero algo a lo lejos, noto que algo iba mal... las otras casas lo miraban extraño cuando el pasaba, y el no entendía porque... Llego a su barrio y vio su casa asustada y quemada gravemente, el reconoció las quemaduras... las había visto mil veces, eran de polvo estelar... se le acerco un niño de uniforme, y le pregunto: "tu dejaste libre el polvo del planeta que esta a 5 galaxias mas allá de la estrella azul del norte?"... "si...", respondió el niño, y su alma se quebró... Se sentó en la acera, y le dijo a su hogar con las manos en la cabeza... "lo siento tanto... me deje llevar por la rabia, y herí si querer la cosa que mas amaba en el mundo, fui un tonto... discúlpame"... la casa cerro sus ojos con una lagrima que salia por sus ventanas, y no dijo nada...
"Perdón, pensare mas mis acciones, te lo juro!, te cuidare, te limpiare!..." la casa estaba mal, no podía hablar, pero su aspecto penumbroso lo decía todo... "nunca me había dado cuenta de cuan importante eres para mi... extrañare tus sonrisas, tus caricias, tus abrazos... que ya nunca mas serán de mi...", decía tristemente el niño, arrepentido de corazón, no podía explicar con palabras el dolor que sentía por hacer sufrir su hogar, el lugar donde se sentía libre, el lugar que amaba... La casa lentamente cerro sus puertas, sus ventanas, y se durmió...

Ahí quedo el niño, solo y abandonado... había perdido todo lo que amaba, y no lo supo valorar, estaba arrepentido... pero ya era demasiado tarde...