miércoles, 10 de diciembre de 2008

Adios


Mí tiempo te he donado, a tu duro corazón consolado,
A tu cruel vida apodado, y a tus lindos labios amado.
apoda
Sobre tu pantalla he depositado, mis más sinceras palabras.
Obligarte no puedo, sin querer lo he hecho.
Perdón. Lo he dicho de nuevo,
Eso que tanto te agrede, eso que tanto lastima,
Amor sincero y desconocido,
Genocidio directo y auto mal obrado.
Quimera infame, mente incontrolable.
Habiendo esperado en ti una señal,
Algún gesto, algún sentido a mi tiempo.
ti
Queriendo sentirte cerca, cuando en realidad lejos te ves.
Pensar en ti era habitual, creer que lo hacías también.
Solo herirme logré. Ahogarme en tus jactancias.
El fruto se descompuso, al igual que las flores que te regalé.
Respuestas logré, no lo niego.
Quizás no las esperadas, dirás.
Pero respuestas eran, valiosas guardadas fueron.
En mi corazón permanecieron y la efímera quimera surgió.
Sentimiento manipulado al azar, solo creer. Lo sé
Pero muy sincero, nunca hubo mentiras ni rencores.
Solo verdaderos amores. Verdaderos e inventados.
Al mismo tiempo, recordados serán.
tiempo
La Historia se repite, y lo seguirá haciendo.
Esta mente necia que invisto, no me deja nada más que conjeturar.
Miedos y temores tengo, esparcimientos perdí.
Tu tiempo y el mío malgasté.
Recuperarlo?, creo que es muy tarde.
La herida ya fue abierta.
No te culpo amor, no lo hago.
La culpa solo me pertenece y se convierte en mi compañera,
Fiel guerrera.
La que siempre aparece en tu tiempo, la que siempre me acompaña.
La que es parte de mi vida.
Tu sonriente.
Tu risueño.
Tu hermoso.
Tu triste.
Tu solo.
Tú bohemio y concentrado.
Y yo Yerto bajo tus pies.
El como no quererte me es irrespondible.
A la dura realidad caí, al golpe fuerte respondí, con sentimientos fracturados.
El haber confiado en mi imaginación, me puso cara a cara a la espada.
A tu espada, filosa y justiciera
Tristeza dejada, reaparece.
El hábito vuelve y me atrapa otra vez.
El ciclo se repite.
Lejano a mi como nunca antes estas.
Mas mí herida crece y mas mi imaginación también.
Una herida profunda queda.
El tratar de sanarla me propongo.
Adiós debo decir, para mi difícil es.
Espero lo comprendas, que en tu contra no dispara.
Contra el parasito del amor me he segado. Ese amor contento
A ese amor risueño.
Decido renunciar a mis sueños, a mis pensamientos.
A mis quejas y actitudes, a mis llantos.
Al delirio creado por el amor irreal.
A la fuerza de mis pensamientos.
A tus frutos prohibidos.
Decido renunciar a ti. A la quimera de tu nombre.



PD. No es mio, lo saque de por ahí...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

··::..FIN..::··


Y la vida se va... en dos segundos...
y parpadeas y no hay nada...
nada de los edificios que tenias en tu futuro..
ni la casa, ni el perro, ni el departamento con vista al mar...
ni la mano que te acompañaría en el camino...

y miras hacia al lado y no es lo mismo...
no es el mismo amor, ni las mismas ganas...
ya no son las mismas sonrisas que fueron remplazadas por miradas frías e hirientes...
ya no son las palabras tiernas que se convirtieron en gritos...

y vuelves a mirar y todo sigue igual...
y no entiendes porque, pues tu has cambiado...
pues tu amor y tus deseos fueron asesinados...
pues la vida le enseño a algunos que el amor se gana y se mantiene...
pues la vida me enseño a mi que debe ser algo que nunca cese...

y das la media vuelta y sigues...
y la vida se te fue...
y caminas solo, sin apuro...
y estas preparado para volver a intentarlo...

viernes, 19 de septiembre de 2008

Adicción

Soy adicto al amor, adicto a una relación que me haga sentir importante... Importante como el sol es para la tierra... Importante para ser la razón y el motivo de tu existir...
Soy adicto a tus besos, caricias, abrazos, cariños y sonrisas... sin ellas mi mundo no tendría su sol.
Tu eres como una droga que me calma, que me hizo adicto a tus cualidades... eres quien me puede llevar al éxtasis con tocar mi piel o dejarme inerte en el suelo sin poder respirar... Robas cada aliento y palabra cuando estoy contigo, condicionando mi existencia a ti...
Eres una droga, me alimentas de tus besos y caricias, eres una droga que cuando me falta me vuelve loco, cuando me lo niegas me desespero, y lo peor de mi adicción cae sobre ti...
Soy adicto al amor, soy adicto a ti... tu me puedes hacer tu sol, o convertirme en lo que nunca fui...

martes, 17 de junio de 2008

Discriminación


Y entonces el joven se levantó, golpeado y humillado por todos... sabía que llegaría ese momento. Dificultosamente, se puso de pie, notó como su cabeza parecía tener huevos por todos lados producto de los golpes. La gente que lo rodeaba lo miraba satisfecha, y parecía conforme con lo que habían hecho... "Merece ser castigado..." decían una y otra vez mientras lo golpeaban y le escupían.
En aquella época era considerado pecado mortal contra Dios y la Iglesia lo que el acababa de hacer... en lo que el acababa de ser descubierto...
Una vez de pie, posó sus ojos sobre el sacerdote, que como el promovedor de toda la revuelta, era quien mas altanero lo miraba y castigaba "en el nombre de Dios", como había dicho... El joven, con los labios hinchados y sangrando, miro en el suelo a su amante... que aún yacía respirando apenas... Levanto la mirada, y con gran esfuerzo, solo dijo unas palabras, una palabras que terminaron en un silencio sepulcral en aquel paisaje surrealista...

- Antes que todo, Dios creó el amor... - Dijo cerrando los ojos, y dejando caer una lágrima...

domingo, 11 de mayo de 2008

Another Love Story - Bonus Track


Bueno, como saben, AL FIN!! termine la historia "Another love story". Quizás a medio camino me arrepentí de ponerle un nombre en ingles, incluso quizás me arrepentí de escribirla, pero filo, que feo es dejar las cosas a medias no?... Además tenia el apoyo de amigos que me motivaban a seguirla...

Ahora, y "casi" a modo de humorada, he decidido subir un archivo PDF con la historia completa xD, y que lo pueden bajar aquí.
Será como la edición en Tapa Dura, y papel reciclado de las grandes imprentas, pero sin todo eso, hahaha...
En el Archivo, podrán encontrar un pequeño prologo, y un epilogo con el final definitivo de la historia. Sabrán que paso con Marcelo, y algo de Ignacia.
Espero que les guste, y se lo tomen con humor, muchas gracias a los que inspiraron algún personaje, saludos a los que me leyeron hasta el final, especiales saludos al Pikachu, a la Danita UC, al Ludo, al Alonso, y a los que quedaron en el camino.

Perro Ql.





sábado, 10 de mayo de 2008

Another love story - Pt. 8


"Cuando Marcelo lloró a Ignacia..."

- Quiero saber que ha estado pasando Ignacia... - Soltó Marcelo mordiéndose el labio. Tenía miedo de ser directo, aún tenía miedo de aceptar la verdad.
- Nada Marcelo!, de que estas hablando?... - Respondió Ignacia pareciendo dramáticamente sorprendida...
- De ti!, de ti Ignacia, que te esta pasando...? - Dijo Marcelo mientras soltaba un sollozo involuntario, un sollozo que lo sorprendió incluso a el mismo. La música a todo volumen en la disco, la gente conversando, obligaban a Marcelo a gritar para hacerse escuchar, lo cual liberaba su tensión aún mas, y lo llevaba a la debilidad ya evidente en su voz temblorosa - ...hace tiempo ya que estas alejada de mi, ya no me mandas mensajes como lo hacías antes, se acabaron las cartas, los regalos, las palabras bonitas, todo! - Ignacia permanecía en silencio, no decía nada... solo miraba a Marcelo con una expresión que mezclaba tristeza e impotencia... impotencia de que?, se preguntaba Marcelo... de no poder gritarme que me odia?, o de no poder mandarme a la mierda?. Marcelo solo quería respuestas, una explicación al porque, el tenía que verse obligado a vivir todo esto. - Que te pasa Ignacia, dime... porfa...- Susurro Marcelo, no estaba seguro de que Ignacia lo había escuchado esta última vez, ya que sus palabras se ahogaron en un sollozo que termino en una lagrima de desahogo que callo por mejilla de Marcelo. - No entiendes que me hace daño ver cuanto has cambiado?, ya no puedo acostumbrarme a que no me ames igual!, ya no... - Marcelo no sabía que decir... lloraba mirando el suelo y rodeando a Ignacia con un brazo. Ignacia estaba estática, con la mirada fija en el montón de gente que bailaba en la pista... de pronto, rompió el silencio.
- Para Marcelo... por favor no te hagas esto, no me hagas esto a mi... - Termino Ignacia en calma, sus palabras sonaron frías, pero no pudo evitar sentir una lagrima cayendo por sus ojos.
- Pero Ignacia!, estoy mal! tu no entiendes, tu me lo diste todo! todo lo que podía recibir, y todo lo que pensaba que no merecía!... ahora, me lo quitas sin explicación!, no puedo mas Ignacia, no puedo seguir fingiendo que estoy feliz, porque no lo estoy! Al menos dime que hice mal... o, en que me equivoque! Yo puedo hacer lo que sea para que volvamos a ser como antes!, Ignacia, amor, te amo... - Marcelo sonaba suplicante, casi humillante... llorando desconsoladamente, mientras Ignacia soltaba lagrimas silenciosas mirando al resto de los amigos que saludaban inocentes desde la pista de baile. La música retumbaba en el cuerpo de Marcelo, su piel vibraba y sentía que sus sienes explotarían en cualquier momento.
- Nada Marcelo, no has hecho nada malo, y no hay nada que se pueda hacer, lo siento...
- Pero amor!, cualquier cosa! - Suplico por segunda vez Marcelo. - ...cualquier cosa, lo que ute me diga!, si quiere adelgazo mas!, me tiño el pelo!, me vuelvo vegetariano, lo que quiera!... - Dijo Marcelo quien estaba claramente desesperado. Le habían dado el cielo, y ahora se lo estaban quitando sin explicación alguna. Ni siquiera el encontraba el sentido en sus palabras en ese momento...
- Marcelo para!... por favor! - Insistía Ignacia---
- Ya se!, ya se amor... mire, la dejare solita el tiempo que quiera, para que piense... y después volvemos amor, y vamos a ser felices de nuevo... - Marcelo termino y rompió a llorar sin poder controlarse... "Vamos a ser felices de nuevo", su frase le sonaba estúpida incluso a el en ese momento, y fue eso lo que le quebró el corazón, ya no volvería a ser feliz con Ignacia, era algo que de a poco se perdía en la mente de Marcelo, en los recuerdos. Parecían ahora tan lejanos y anhelados los momentos felices de ambos... pero aún así, se desvanecían... como un sueño al despertar se desvanece, y se olvida...
- Marcelo... - Susurro Ignacia, tratando de levantar con una mano el húmedo rostro de Marcelo que estaba a su lado, tratando de buscar su mirada... - Marcelo, mírame!
- Dime, dígame amor... - Marcelo trataba de limpiarse sus lagrimas y parecer mas digno frente a la mirada de Ignacia, "ya he llorado mucho" pensó, y Cristóbal había estado mirando mucho en esa dirección. Marcelo lo último que quería en ese momento era hablar con alguien, quería estas solo, prefirió parecer normal...
- Mañana, a las 2, en mi casa... ahí hablamos. - Ignacia lo miraba fijo en sus ojos, en sus mejillas estaba marcado el camino que habían recorrido sus lagrimas. - ...lo siento, me tengo que ir...

Ignacia se levanto, y besó a Marcelo en los labios, un beso con sabor a amargura, y casi por obligación. Aún era temprano, y Marcelo pensó que tomaría un taxi hasta su casa. Mientras se iba quedando solo, y miraba a Ignacia alejarse, Marcelo quiso estar ahí, solo... sin nadie que lo moleste por un buen rato... pensando, solo toda la noche, quería pensar en un porque... porque el estaba viviendo eso...? Por mas que buscó una explicación, no la encontró. "No me lo merezco...", dijo finalmente para si y en voz alta. Acostado en el sillón de cuero del local, y bajo una luz ultravioleta que lo alumbraba penumbrosamente, "No... no me lo merezco"... repitió una vez mas. Nadie estaba ahí para escucharlo, la música ahogo sus palabras, y cerró sus ojos húmedos...
Marcelo se transporto a un lugar mas tranquilo. Se sintió en paz, y sus lagrimas dejaron de caer. Debía aceptar lo que Ignacia quería, todo lo que ella quisiera. Siempre había dicho, "Si alguien no quiere estar conmigo, no la puedo obligar"... y era justo lo que no estaba haciendo. Nunca pensó que sería todo tan difícil, cuando uno es el protagonista...

- Marcelo, Marcelo!... - Cristóbal estaba a su lado, le hablo volviéndolo a la realidad. La música era mas suave y las luces estaban encendidas... - Marcelo, termino la disco, tenemos que irnos...
- Ok. - Dijo Marcelo automáticamente mientras se ponía de pie... - Pero primero quiero ir al baño...
- Anda dale, apúrate si, te esperamos afuera..
- Oka, no me demoro nada...

Marcelo fue al baño, se mojó la cara, y tomo un poco de agua... se detuvo en su reflejo un momento, y mientras se miraba detenidamente pensó, "Que patético soy, en que me he convertido?"... tomó rápidamente sus cosas del lavamanos, y salió...

- Como estas hermano?... - Pregunto Cristóbal mientras caminaban a tomar la micro. Su amigo espero un momento en que estuvieran solos para acercarse y hacer la pregunta... luego de un momento agrego - Todo bien?
- Pues no... - Dijo Marcelo en seco. - Yo creo que ya te diste cuenta que no...
- Si obvio, todos nos dimos cuenta de hecho... - Dijo su amigo comprensivo. - No me quise acercar a ti antes. Pensé que quizás querías estas solo.
- Si... de hecho, si... gracias. Vale perro, la dura.. - Respondió con mas soltura Marcelo.
- De nada. - Su amigo sonó mas tranquilo esta vez. Quizás Cristóbal sabía lo importante que era para Marcelo hablar con el, y eso lo llenaba de orgullo. - Entonces, ya no están juntos cierto?. - Pregunto Cristóbal luego de un rato de silencio, que pudieron ser minutos...
- Aún si, mañana a las 2, tendré la respuesta... - Marcelo sonaba pesimista al respecto, y Cristóbal, obviamente lo notó.
- Bueno, y... te dijo porque ha estado rara?
- No, no me dijo absolutamente nada... - Respondió Marcelo en un tono de enojo. - Tu cachaste ahora que estaba rara cierto?
- Si, conmigo no, pero se notaba mas fría contigo...
- Mmm... - Asintió Marcelo moviendo la cabeza. - Hoy fue lo peor...
- Ya perro!, pero tranquilo!... - Grito Cristóbal levantándole el animo. - Si con la Javiera cachamos que la volá de la Ignacia es mala onda. La mina es pendeja, y las pendejas son así... quieren pasarlo bien y eso, tu lo sabías...

Marcelo no dijo nada mas... nada mas que solo el "Nos vemos!", que le dio a todos cuando se subió solo a su micro. Sin embargo las palabras de Cristóbal quedaron en su mente: "Las pendejas son así... quieren pasarlo bien y eso...", Marcelo lo sabía. Ya había sido victima de otra "cabra chica", por suerte no fue tan terrible. Sin embargo, Ignacia no era así. Ella era diferente, "Al menos a sus ojos", pensó Marcelo, a veces las personas enamoradas confunden el juicio de la razón, e idealizan a las personas. De todas formas, ella nunca fue mucho de salir, disfrutar con amigos en carretes, conocer chicos, y tener aventuras pasajeras. De hecho, ella nunca había ido a una disco antes de estar pololeando con el. La única explicación que podía justificar aquella hipótesis, llego a Marcelo mas tarde, cuando estaba acostado ya en su cama, "Yo abrí sus ojos, al mundo que no conocía"... no parecía probable, pero no pensaba en otra cosa que podría haber gatillado que Ignacia matara su amor repentinamente, y de esa manera. Así cerro sus ojos esa noche, y se durmió, con la mente en un infierno... y un nudo en la garganta

Al otro día, Marcelo tenia la constante sensación de estar esperando algo, algo malo... que tarde o temprano debía llegar. Algo inminente, que el no podía detener. Quizás, no porque no se sentía seguro de hacerlo, sino, porque nunca se tuvo la confianza a si mismo en aquellas situaciones, y en ese momento mas que nunca, su confianza era un recuerdo basto de algunas semanas atrás. A las 2 de la tarde, lo sabría todo...
Ese día Marcelo se levanto, se baño, fue a la universidad como lo hacia todos los días. Solo que en este día, Marcelo llevaba consigo una expresión ausente, tenía la mirada perdida, y el pensamiento hundido en el desconcierto, no tenía idea como reaccionar, que hacer, que venía después... seguirían siendo amigos?, seguirían viéndose?... la mente de Marcelo era un mar de dudas sin respuestas, que lo mantuvieron alejado de todos durante toda la mañana.
Llegada la hora, Marcelo tomó el metro, y se dirigió a la casa de Ignacia. No podía dejar de pensar en cuantas veces había recorrido ese camino. Normalmente, desde su casa a la casa de Ignacia, el viaje dura mas de una hora, tiempo que pasaba volando... Marcelo solía recorrer el tramo feliz, sabía que estaría con Ignacia. Como olvidaría los "miércoles felices", los "viernes felices"... conocía cada casa, departamento y negocio que había en el camino a donde Ignacia, y amaba cada parte de el. Esta vez, el camino le supo amargo. Cada metro que lo acercaba a la casa de Ignacia, lo acercaba mas al fin... por mas que evitaba pensar en aquello, no podía sacar de su mente el pensamiento, de que hubiera dado cualquier cosa, por no estar realizando ese viaje.

Después de un momento, Marcelo estaba de pie en la puerta de Ignacia. No lo pensó mucho, quizás se podía arrepentir, y golpeo... Ignacia lo saludo como siempre, con un beso suave en los labios. Sin embargo parecía incapaz de mirar a Marcelo a los ojos. Lo invito a subir a su habitación. Como Marcelo esperaba, no habían velas, inciensos, música, sorpresas, nada... solo la habitación de Ignacia, con sus ventanas abiertas de par en par...

- Como has estado? - Ignacia miraba a Marcelo con unos ojos que a Marcelo le parecieron cargados de pena...
- Bien, gracias... - Mintió Marcelo. - Y tu?
- Bien... bien gracias...
- Ignacia mira... - Irrumpió Marcelo, cuando Ignacia parecía a punto de continuar hablando... - Quiero saber que me tienes que decir, mientras antes lo digas, mejor. - Marcelo de pronto se sintió nervioso, sus palabras le sonaron aturdidas, y la cabeza le daba vueltas, estaba mareado... tomo una bocanada de aire que lo relajo un poco.
- No quieres algo para tomar antes?, te traigo un jugo? - Dijo Ignacia, quien parecía estar escapando de la situación...
- Ok, dale... - Asintió Marcelo, esperando calmarse, y enfriar un poco sus pensamientos durante ese momento. "Debo estar tranquilo, mantener la calma...", se decía una y otra vez... mientras Ignacia estaba en la cocina buscando unos vasos de jugo.
- Había solo de manzana! - Escucho Marcelo cuando Ignacia estaba por entrar a la habitación. - Ok, esta bien... - "Lo que menos me importa en este momento, es el sabor del jugo", pensó Marcelo.
- Bueno - Dijo Ignacia con una voz firme, mientras se sentaba en la cama. Marcelo estaba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, a un costado... - Quieres que te lo diga ahora, no?...
- Así es... - Afirmo Marcelo, con una voz que aun, haciendo su mayor esfuerzo, no lograba eliminar la angustia en su expresión.
- Solo quiero que sepas una cosa... solo una cosa... - Ignacia miraba a la pared, no parecía capaz de terminar la frase o de mirar a Marcelo a los ojos. Marcelo sintió que ese momento era eterno. Las ideas volaban a mil por hora en su mente. En un segundo se vio llorando, solo, sin nadie que limpiara las lagrimas nunca mas... y al siguiente su mente dio un vuelco, e imagino a Ignacia, diciéndole que lo amaba, que la perdonara... que su confusión había acabado y que podían ser felices... se imagino besando a Ignacia como lo hacia cuando juntaban sus cuerpos, tocando su pelo, su piel... pero solo era su imaginación, sin esperarlo, Ignacia rompió el silencio... - Nunca, nunca Marcelo, dudes, de la intensidad con la cual te amé...

Esas palabras se hundieron en la mente de Marcelo, como un cuchillo caliente lo haría en la mantequilla. Entraron suaves, pero letales... "Nunca dudes de la intensidad con la cual te amé"... "Te amé"... la mente de Marcelo lo comprendió entonces todo... Ignacia ya no estaba enamorada de el. Había llegado el momento que estuvo esperando durante días, y sin embargo no se sentía preparado para afrontarlo... Que debía hacer?, que debía decir?, lo único que Marcelo podía pensar en ese momento, era su futuro, que pasaría ahora?, que haría ahora?, que sentido tenía seguir intentando ser alguien mejor cada día, si la persona con la que debía estar lo estaba dejando...?, que sería de sus días, de sus horas libres, de sus ganas de abrazar a Ignacia, de besarla... debería reprimirlos?, debería aguantar dolorosamente ese deseo, aún cuando el no lo decidió así?... Pensó en cuan Injusta era la vida, y cuan cruel el amor, cuan cruel podían ser las personas, prometiendo felicidad, amor eterno, entregando alegría, entregando vida... y de un momento a otro, todo se desmoronaba. El amor prometido, la felicidad recibida, la entrega, todo... se convertía en algo sin sentido, algo falso... recordaba las palabras de Ignacia cuando estaban solos: "Prométeme que nunca me vas a dejar"... "Siempre estaré contigo, siempre te amaré...". Marcelo creyó en todas y cada una de las palabras que Ignacia le decía. Marcelo se dejo llevar por todas y cada una de sus palabras. Marcelo se sentía engañado por todas y cada una de ellas. No podía dejar de pensar en lo horrible que era que las personas dejaran todo lo que habían vivido en nada. No podía dejar de sentir un poco de odio, por el sufrimiento sin sentido que estaba experimentando...

- Que va a pasar conmigo ahora?... - Diciendo estas palabras, Marcelo se quebró, y cayó en un llanto desesperado... parecía un niño que llora desconsolado porque su madre lo ha retado, e Ignacia lo miraba inexpresiva desde la cama, aún con la mirada ausente... - Que va a ser de mi?, de mi vida?, de mis planes?... yo había pensado que estaríamos juntos, tu me dijiste que estaríamos juntos... - Marcelo lloraba y sus palabras apenas se entendían entre los sollozos que emitía. En ese momento Ignacia no pudo evitar mirar a Marcelo, y romper en llanto también... un llanto que comenzó mas calmado. Se acerco a Marcelo, e intento abrazarlo.
- Perdóname Marcelo... - Ignacia se sentó sobre las piernas de Marcelo, y lo abrazo. Marcelo lloraba como un niño. El calor de Ignacia lo agobiaba. Sentía ganas de abrazarla y ganas de empujarla, de apretarla y no soltarla mas, y ganas de decirle que se fuera lo mas lejos posible...
- Que va a ser de mi?, dime... que va a ser de mi ahora?!... - Marcelo lloraba, e Ignacia comenzó a limpiar sus lagrimas. Marcelo no podía mas... no podía aguantar mas. Se puso de pie, e Ignacia quedo en el suelo, llorando, sola... con la cabeza entre las rodillas, Marcelo se sentó a los pies de la cama... - Dime que va a ser de mi?!, porque me haces esto?, dime porque me haces esto?! - Marcelo lloraba y ya no se podía controlar, Ignacia aún mantenía la cabeza entre medio de las rodillas flexionadas...
- No Marcelo, no me preguntes eso... - Ignacia lloraba mas despacio, y sus lagrimas comenzaron a mojar la alfombra.
- Por que me dijiste que me amabas entonces...?!, por que me dijiste que íbamos a estar juntos siempre?!, por que me engañaste?!, por que?!... yo te creí todo... yo confiaba en ti Ignacia, porque me hiciste esto?... - Marcelo apenas podía hablar, las lagrimas caían cada vez con mas fuerza de su cara, y llegaban a su boca dándole aun mas amargura al momento... Marcelo solo buscaba por una explicación, quería saber porque, porque Ignacia lo había hecho vivir por todo esto. Porque Ignacia lo había elevado al lugar maravilloso, y ahora lo dejaba caer en seco, sin ninguna explicación... - Ignacia... respóndeme... por que?, solo quiero saber porque... - Las palabras de Marcelo cada vez perdían mas intensidad, cada vez se consumían mas por el llanto, y por la pena. Al notar que Ignacia no respondía sus preguntas, Marcelo calmó un poco sus lagrimas, y se fijo mas detenidamente en ella. Ignacia permanecía agachada, inmóvil, con la cabeza entre las rodillas, y llorando... Marcelo se acercó, y vio que estaba afectada, muy afectada por la situación... y llorando... - Ignacia que te pasa...?
- Vete!...
- Pero Ignacia dime que te pasa...? - Marcelo estaba comenzó a preocuparse... nunca la había visto así... intento tocarla, pero ella se alejo de su mano bruscamente...
- No me toques! déjame sola!... - Marcelo no sabia como tomar la reacción de Ignacia. Su estado paso de preocupación a desconcierto. Porque reaccionaba así?... de a poco sus lagrimas comenzaron a cesar, y siguió intentando llegar a Ignacia..
- Ignacia, dime que onda?... que te pasa?, me estas preocupando... - Ignacia comenzó a llorar, ahora mas fuerte, al fin parecía estar soltando todo lo que estuvo aguantando durante todo el momento, y su llanto parecía desconsolado, sin embargo a Marcelo le parecía innecesario, por que lloraba?, pensaba Marcelo, si ella esta haciendo lo que quiere... ella me esta pateando. - Porque lloras?. - Dijo Marcelo - Es lo que querías no?, por que lloras?...
- Déjame Marcelo por favor, ándate! déjame sola!... - Ignacia se puso de pie, y se arrincono en el espacio que había entre la base de cama y la pared, ahí se arrodillo, escondiéndose de Marcelo..
- Pero Ignacia que onda?... debería ser yo el que reaccione así, no tu!... - Marcelo ya había calmado sus lagrimas, tenía toda la atención puesta en Ignacia.. - Ya po' Ignacia, deja de llorar, era esto lo que querías no?... - Marcelo intento tocarla nuevamente, pero ella una vez mas, esquivo su mano...
- No!, no era lo que quería!... nunca quise hacerte daño!. Por primera vez en mi vida amé a alguien!, por primera vez en mi vida sentí estas cosas!, y lo arruine! lo arruine todo... lo último que habría querido era dañar lo mas importante que he tenido, y lo acabo de hacer... - Ignacia lloraba ahora sin poder controlarse, Marcelo se acerco, y por fin ella lo dejo abrazarla y acercarse a ella... - Te hice daño Marcelo, mucho daño... perdóname... - Marcelo tomó a Ignacia y sin decir nada, la llevo a la cama, y la acostó. El se sentó a su lado, mirándola mientras lloraba. Marcelo en un segundo pensó... "Quien debería estar llorando soy yo, que situación mas estúpida", sin embargo aun se preocupaba por Ignacia, y quería que estuviera bien... - Soy mala... soy una persona mala...
- Ignacia, tranquila... no eres mala, no digas eso. - Dijo Marcelo con la mente fría, y las lagrimas ya detenidas completamente...
- Si, lo soy... mira lo que acabo de hacer... - Marcelo acariciaba a Ignacia suavemente, y trataba de calmarla...
- No Ignacia, no lo eres, estas cosas pasan todos los días. Todos los días alguien termina una relación, y una de las dos personas resulta mas afectada que la otra, todos los días alguien hace el papel que estas haciendo tu, y alguien el papel que estoy jugando yo. - Ignacia comenzó a calmarse, y miraba ahora a Marcelo detenidamente, mientras el le seguía hablando... - Algún día a ti te va a tocar vivir lo que estoy viviendo yo ahora, y a mi lo que estas viviendo tu. Son cosas que pasan Ignacia, y no significan que seas mala... - Ignacia lo acaricio en el rostro, y lo miro directo a los ojos...
- Gracias...
- Además!, mírame... - Dijo Marcelo. - Estoy bien... en serio, estaré bien... - Mintió de nuevo Marcelo, sabia que no estaría bien, pero el prefería que Ignacia estuviera mejor... Ignacia le ofreció una sonrisa... - Viste?!... ahora solo tu debes estar bien...
- Si, gracias... estoy bien. - Por un momento, Marcelo pensó dejar las cosas así, e irse lo mas rápido posible de la casa de Ignacia. Sin embargo, antes, debía saber algo...
- Ignacia, solo... quiero molestarte con una pregunta...
- Dime...
- Por que?... por que me hiciste pasar por esto...? - Ignacia lo miro a los ojos, y le dijo...
- No lo se Marcelo, simplemente sucedió... - Marcelo no podía conformarse con una respuesta así... y volvió a insistir una ultima vez...
- Ignacia, necesito saberlo... quiero saber que hice mal. Quiero saber que es lo que motivo esto, para no volver a cometer el mismo error. - Ignacia bajo la mirada... y le respondió...
- Lo siento Marcelo, pero no tengo la respuesta... no lo sé.

Marcelo apretó los labios, hasta sentir un leve dolor... agacho la mirada, y beso a Ignacia por última vez en los labios. No estaba seguro si seria la ultima o no, pero si era suficiente para el. Ya no tenía nada que hacer ahí, Ignacia ya no era su polola, ya no era el invitado especial, ya no le brindarían mas momentos felices. Se levanto de la cama, tomo su mochila, se puso su gorro, y se fue..

- Adiós. - Le dijo Ignacia justo antes de desaparecer en la puerta...
- Adiós... - Susurro Marcelo mientras se alejaba.

Con el corazón partido, se fue, se alejo de ese lugar que tantos momentos felices le había brindado, de aquel lugar donde amó con una pasión hasta ahora desconocida para el... de ese lugar donde soñó, vibro, y recibió mas amor de que se creía digno de recibir...
Marcelo caminó alejándose poco a poco de la pequeña casa que dejaba atrás, sin dar la vuelta... temía que Ignacia mirándolo por la ventana viera sus lagrimas caer, débiles, dolorosas, y llenas de pena e impotencia por no entender el motivo de tanto sufrimiento. Habían sido los días mas felices de su vida... nunca se había dejado amar de esa forma, siempre tuvo miedo de ser victima del juego cruel que mas de una vez el amor puso en su camino... nunca lo habían amado de esa forma. Marcelo había construido un camino con muchos senderos, todos lo llevaban a la felicidad, de la mano de la persona que amaba, que lo hacia feliz, de la persona que a el lo amaba, y a quien el hacía feliz... o al menos eso creía el hasta hace unas semanas. Ahora, todos sus planes, eran nada...





lunes, 5 de mayo de 2008

Another love story - Pt. 7


"Todas las cosas buenas, llegan a un final..."

Marcelo estaba acostado en su cama, no podía dormir, no podía cerrar los ojos, eran las 12 de la noche, y se había acostado hace media hora... Marcelo no podía dejar de pensar, no podía dejar de cuestionarse y preguntarse, preguntarse como una persona común como el, al que nunca le había pasado nada extraordinario en la vida, puede ser tan feliz...
Marcelo estaba pololeando con Ignacia. Ignacia era una joven de pelo largo, negro, y de una piel dorada que cautivaba a Marcelo. Ignacia era la mujer que le había enseñado a Marcelo lo que el merecía, lo que el era, le había enseñado a Marcelo que el podía ser feliz.

Marcelo e Ignacia hacían la pareja perfecta, así lo veía Marcelo. El se sentía enamorado, sentía que Ignacia era su razón de vivir, el motivo por el que día a día se levantaba, no importaba si ese día la viera o no, pero sabia que al siguiente lo haría, entonces vivía aquel día intensamente, para que avance rápido, y llegue luego el momento en que tendría a Ignacia entre sus brazos.
Había pasado el tiempo, y Marcelo continuaba visitando la casa de Ignacia. Cada momento juntos era mágico... Ignacia lo esperaba ansiosa, esperaba un largo rato sentada junto a la ventana del segundo piso, hasta que veía a Marcelo venir caminando a lo lejos. Corría a su habitación, y prendía velas, incienso, cerraba las ventanas, y ponía música.
Marcelo llegaba, y cada una de las veces que veía la sorpresa de Ignacia, sentía lo mismo que sintió la primera vez... se sentía privilegiado, amado, importante, se sentía el hombre mas feliz del mundo. Ignacia lo llevaba de la mano hasta su habitación, mientras se besaban y se decían te amo... una vez adentro, el mundo dejaba de existir, el tiempo se expandía y se contraía a merced de ambos. Podían pasar horas recostados mirándose a los ojos, podían pasar toda la tarde durmiendo abrazados, en silencio, solo acompañados por su respiración, hacían el amor, se besaban y se acariciaban por horas, Marcelo no podía exigirle nada, no se sentía con derecho de nada, todo lo que podía recibir, lo recibía de ella...

Sin embargo, al pasar el tiempo, Marcelo seguía sintiendo con la misma intensidad. Existe el pensamiento común, de que con el correr del tiempo, el amor va bajando la intensidad. "Las personas se acostumbran", dice la gente, Marcelo no... no podía concebir la idea de que el encantamiento que lo había hechizado disminuyera con el tiempo, cada día era una experiencia nueva, en la que el necesitaba amar, necesitaba entregarse, y necesitaba recibir amor de la otra persona. Se supone que el encantamiento del principio es limitado, y con el tiempo, si las parejas son capaces de atravesar la barrera entre el encantamiento y el enamoramiento, son capaces de seguir con el sueño, de conocerse y enamorarse de quienes realmente son, al parecer, Ignacia era demasiado ingenua para entenderlo...
Al pasar los días y las semanas, Marcelo comenzó a comprender que estaban atravesando por ese critico momento, ese momento donde el tiempo casi se detiene, y los días casi no avanzan... al menos para Marcelo todo comenzó a congelarse. Comenzó a sentir de parte de Ignacia que las cosas ya no eran las misma, no podría haberlo explicado, pero sentía que Ignacia se alejaba cada vez mas de aquella niña que alguna vez conoció, se alejaba cada vez mas de aquella niña que le enseño a amar, y que con cada beso le entregaba toneladas de amor. Sus besos comenzaron a ser mas fríos, ya no eran toneladas, eran kilos... ya no lo llenaba como antes, ya no lo sentía como antes.

Había llegado fin de año, y con ello, el cumpleaños de Cristóbal. Marcelo estaba feliz, habían organizado una celebración entre amigos en el parque intercomunal, un día sábado en la tarde, luego de eso, irían a la disco, y pasarían toda la noche correteando y celebrando. Era el día perfecto, y Marcelo estaba ansioso por que llegara, pero lamentablemente, Ignacia no iba a poder acompañarlos en el intercomunal, tenia otro compromisos con su familia, pero asistiría a la noche a la celebración en la disco. Se juntaron en el metro, y de ahí tomaron una micro hasta el intercomunal, no sin antes pasar por la botillería para comprar bebestibles, y comestibles...

- Buena perro! feliz cumpleaños washo!
- Gracias perrito, te pasaste...sabia que no me ibas a fallar... - Le dijo Cristóbal un poco desanimado....
- Pero que onda?, que pasa?!, ese animo...! - Le pregunto Marcelo mientras saludaba a Javiera con un beso que venia con el... - Hola Javiera
- No nada... - Dijo Cristóbal... - es que todos arrugaron, hasta la Ignacia!...
- Ha filo!, lo vamos a pasar de lujo igual!... pero quien mas va a venir?
- Unos compañeros de colegio, mi prima con el amigo, unos compañeros de U...
- Haa... viste, 'tai sobrao' de cariño!, no alegui’ por leseras, y partamos a la Oti!
- Hablai' puras weas... - Respondió Cristóbal riendo...

Fueron a la botillería, se abastecieron, y partieron los tres al intercomunal. Una vez allá, se sentaron en el pasto, y de a poco comenzaron a llegar los invitados de Cristóbal, su prima con un amigo (quienes no tomaban una gota de alcohol), sus compañeros de colegio, a los que Marcelo no conocía, pero sociabilizó bastante bien, compañeros de universidad que eran también amigos de Marcelo, y hasta un amigo que andaba dando vueltas por ahí por casualidad. Todas visitas esporádicas, todos se fueron temprano, venían solo por un momento, y se iban.
Ya era la hora de abandonar el parque, y solo quedaron ahí Marcelo, Cristóbal y Javiera. Los mismos del principio. Marcelo y Cristóbal estaban definitivamente arriba de la pelota, mientras Javiera, sobria (ella no bebe alcohol) estaba cuidándolos, y riéndose de las payasadas que hacían el par.
Caminaron, rieron, se besaron, jugaron y se tiraron al suelo, parecían cabros chicos antes de navidad, estaban felices!, estaban celebrado la amistad que los une, mientras Javiera reía con cada frase que soltaban. Llegaron al paradero de la micro, pero antes, decidieron comer algo en un local de la esquina. Cada uno se compro un completo, y luego se fueron.

- En verdad no se que hacer hermano... - Le decía mas tarde en la micro Marcelo a Cristóbal - De verdad siento que se esta alejando, esta ultima semana apenas me llama, ya no me manda mensajes como antes, ya no me recibe como antes... no se que onda... - Termino de hablar con la cabeza baja, claramente estaba afectado y triste por la situación...
- Puxa perro, pero conversa con ella po'... dile lo que piensas, lo que estas sintiendo, quizás estai' puro pasándote rollos...
- No, no quiero decirle nada, me da miedo, me da terror que me diga que ya no es lo mismo, que ya no me quiere!, y que me mande a la mierda... no puedo...
- Pero hermano, si estas cosas pasan...! - Le decía con animo Cristóbal - Las parejas parecen chape al principio, pero después se acostumbran y las cosas cambian!... - Decía Cristóbal mientras acariciaba la espalda de Marcelo... -Mírame a mi con la Javiera!, antes tenían que tirarnos agua fría para que nos separáramos! - Dijo riendo Cristóbal, y Marcelo esbozo una sonrisa también... - Y ahora, ya estamos bien, seguros... no estamos juntos todo el día, pero no significa que nos amemos menos... - Tomo la mano de Javiera que miraba despreocupada por la ventana y la besó...
- Si, pero no se, tengo un mal presentimiento... la dura que prefiero tenerla así, a no tenerla... Además, no entiendo eso de acostumbrarse, yo la sigo queriendo igual, y quiero recibir el mismo cariño de parte de ella, no entiendo su cambio de actitud... - Marcelo se veía triste, durante el día había olvidado todo el asunto que lo agobiaba este ultimo tiempo, pero solo le basto un minuto de tranquilidad en la micro para recordar lo que estaba pasando...
- No seai' ñoño perro... dale, conversa con ella, yo se que todo va a estar bien...
- Bueno... de todas formas no puedo arrancar de mis problemas, y es mejor ser sincero no?... - Dijo con un tono de esperanza en los ojos Marcelo...
- Así es!... así que mejor prepárate, porque Ignacia nos va a estar esperando a la bajadita de la micro, y quiero que le des tu mejor cara...! - Ambos amigos rieron, y se abrazaron...
- Gracias perro por el animo... te pasaste - Agradeció Marcelo...
- Para eso estamos mi pana...!

Cuando llegaron al lugar de encuentro y se juntaron con los amigos, Marcelo vio inmediatamente a Ignacia que lo esperaba. Se veía hermosa, estaba con unos jeans apretados, y una polera negra ajustada. Marcelo la saludos como lo hacia habitualmente, como lo había hecho siempre, sin dar rastros de su duda interior, de su dolor, de su pena...
Paso la noche, bailaron un poco, e Ignacia estaba sin ánimos, estaba distante, mas distante que nunca, Marcelo no entendía porque, pero esa noche Ignacia no era la misma de siempre. Ignacia hace un tiempo ya que estaba comportándose raro, pero esa noche fue evidente no solo para el, sino que para todos. Ignacia fue, y se sentó sola en un sillón del local, Marcelo la siguió a los pocos minutos, y se sentó a su lado.

- Que pasa amor?, porque se vino a sentar solita aquí?... - Le pregunto cariñosamente Marcelo.
- No se que me pasa... no ando con ganas de carretear... - Respondió Ignacia mirando hacia otro lado...
- Pero porque amor?, si aquí estoy yo, están nuestros amigos, estamos pasándolo bien, podemos pasarlo bien si ute quiere!...
- No... de verdad sorry, pero no ando con ganas de nada, debí haberme quedado en mi casa... - Esa última frase dejo a Marcelo paralizado, "debí haberme quedado en mi casa"... Marcelo no entendía que es lo que pasaba por la mente de Ignacia, pero estaba seguro, de que antes, ella nunca le hubiera dicho algo así, en cambio, le hubiera dicho algo como... "Estamos juntos y es lo que importa", o "Solo por estar contigo, no importa donde vallamos"... pero esa frase no la hubiera dicho nunca la Ignacia que el conocía...
- Pero amor, estamos juntos... aquí los dos... eso es lo que importa no? - Dijo Marcelo estático, mirando el suelo, no se atrevía a mirarla a los ojos, la respuesta que Ignacia diera a esa respuesta podría causar en Marcelo dos efectos, o le confirmaba lo que ha estado pensando todo este ultimo tiempo, o le devolvía la fe en el amor que se tenían.
- No se... - El alma de Marcelo vivía cada segundo, cada palabra como una eternidad, como si presintiera lo que iba a pasar, y quería disfrutar los últimos momentos, en que todo aún era una duda, una duda estúpida en la mente de un joven enamorado... - No se, en serio, no me preguntes esas cosas ahora, que toi' en otra... - Marcelo vio venir inevitablemente el momento, vio venir el momento en que sentía que debía decirle a Ignacia todo lo que pensaba, todo lo que sentía... todo lo que había estado guardando en su corazón durante todo este tiempo... sentía que había llegado la hora, de saber que era lo que estaba sucediendo.




martes, 15 de abril de 2008

Another love story - Pt. 6


"Lo que no nos mata, nos hace mas fuertes..."


Marcelo no sabía que hacer, o como reaccionar, estaba confundido, mas confundido que nunca... Jamás pensó que una persona a la que amaba con tanta pasión podía ser capaz de hacerle tanto daño, no, nunca lo pensó ni le paso por la mente que Ignacia... sería capaz de algo así.
Habían pasado dos días desde el cumpleaños de Patricio, y Marcelo aún no se sentía preparado para hablar con Ignacia, quizás, no porque no podía o porque no quería saber nada mas de ella, sino por temor, a tomar la decisión equivocada... temía decidir mal, porque realmente, por mas que había pasado todo este tiempo a solas pensando en lo sucedido, no lograba entenderlo, no lograba entender las acciones de Ignacia, y se sentía engañado... traicionado, tonto... sentía que Ignacia se había burlado de el...

Cuando Marcelo ya no podía soportar más la situación solo, se decidió y llamo a su amigo Cristóbal. Aún no le había contado nada, en el fondo, Marcelo aún tenía ese sentimiento de protección hacia Ignacia, y no quería que nadie supiera lo ocurrido esa noche. Por la simple razón, de que no quería que nadie la juzgara, sin saber lo maravillosa que había sido con el...
Se juntaría con Cristóbal en el parque forestal, Marcelo ya lo tenía todo en mente, conversaría un poco de otras cosas, se fumarían unos cigarros, y llegado el momento, le contaría todo a Cristóbal. Marcelo no esperaba un consejo, esperaba una opinión... la opinión de su mejor amigo. Entre ellos, tenían la regla de nunca intermediar en las decisiones del otro, pero si, eran libres de dar su opinión cuando esta sea requerida, siempre con respeto... y eso, era lo que Marcelo esperaba esa tarde de Cristóbal.

- Bueno y... eso... - Dijo Cristóbal luego de un momento de silencio, habían hablado de la fiesta, de lo bien que lo habían pasado, y de toda la gente que fue al cumpleaños de Patricio.
- Si po', bueno... y me falta otra cosa que quería contarte, que es a lo que realmente quería llegar hoy...
- Dale, soy todo oídos...
- Bueno, es algo de la Ignacia...
- Yia... - Dijo Cristóbal en tono de atención.
- El otro día en el cumple' del Pato, no se si te diste cuenta pero, como que tuvimos un problema...
- Si, de algo me di cuenta, como que después de que llegamos de comer, como que no se pescaron mucho, pero nada mas... fue eso?, por eso se enojo?...
- No, no... nada que ver, es por otra cosa, de hecho, el que esta enojado soy yo...
- Mmm..... yia... eso no lo sabía! porque?, que onda?! Que paso?! - Pregunto ya mas interesado Cristóbal, y Marcelo le contó con cuidados detalles, todo lo sucedido esa noche, y lo que había estado pensando en esos días...
- ...Y no se que hacer... - Decía Marcelo - Me ha mandado mensajes, pidiéndome perdón, diciéndome que nunca quiso hacerme daño, que nunca se lo perdonaría... que se quiere juntar conmigo para explicarme porque lo hizo, y en verdad, no se que hacer, en serio... estoy, no se, confundido, estoy mal, y por eso me quise juntar contigo hoy... para saber que pensai'... quizás me ayude un poco tu opinión... - Cristóbal se quedo mirándolo fijamente por unos segundos, que para Marcelo fueron eternos... estaba como analizando la situación, hasta que finalmente se decidió a hablar.
- No se!... - Dijo finalmente Cristóbal...
- Lo se... es difícil, yo tampoco se que hacer...
- Pero es que... no se, tu la amas cierto?...
- Obvio!, y lo sabes!...
- Pero, aún la amas?, incluso después de eso...?
- Si po'... y eso es lo que mas me caga... no quiero dejarla, pero... como te dije, me siento engañado... totalmente...
- Bueno, no se... pienso que si aún la amas, y estas confundido, quizás "sí" debas juntarte con ella, para ver que es lo que tiene que decirte... - Marcelo miraba el suelo en silencio, no decía nada. - No crees que sería lo mejor?...
- Si puede ser... ella me ha pedido todos los días que nos juntemos, y yo, bueno, tenía miedo... no se, cuando la vea... que voy a sentir, no se...
- Pero dale! atrévete...! el que no se atreve no cruza el río...! - Dijo con una sonrisa Cristóbal, tratando de levantarle el ánimo a Marcelo.
- Mmm... Claro... OK, lo haré... vale perrito, por escucharme...
- Pa' eso 'tamos los amigos po' washo... - Y se abrazaron apretadamente los dos amigos.

Esa noche, Marcelo le mando un mensaje a Ignacia: "Mañana a las 19.00 en metro Parque Bustamante"... nada más, y recibió solo un "OK" como respuesta....
Una vez acostado, su cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas... que haría?... como debía tomar la decisión... aún no podía olvidar la conversación de aquella noche...

- Si Marcelo... - Le había dicho Ignacia. - ...eres tu quien debe perdonarme, porque yo te he mentido, te he mentido todo este tiempo, te mentí sobre quien soy, de donde vengo, y otras cosas mas, y me siento terrible... se que debí decírtelo antes, pero no pude!... solo... no pude hacerlo, discúlpame...

Marcelo se había quedado helado, sentía que el tiempo se congelaba al igual que las lágrimas que caían aún por su mejilla... Tenía frente a el a la persona que mas había amado en el mundo, diciéndole que todo había sido una mentira... y no entendía nada...

- Que...? - Dijo Marcelo escéptico... - Que quieres decir con que me has mentido, no entiendo...
- Marcelo... yo... no vengo de La Ligua... - Susurro Ignacia entre lagrimas... - nunca viví allá, siempre he sido de Santiago...
- Que?... pero, si me dijiste que habías llegado hace poco de La Ligua! y, ...y que no conocías Santiago, yo te lleve a conocer muchos lugares!... fuimos juntos!...
- Lo se!... - Respondió Ignacia con los ojos húmedos... - pero no, era mentira, yo no soy de La Ligua... tengo familiares allá, pero siempre he vivido en Santiago... - Decía Ignacia llorando, lloraba desconsoladamente...
- Y tu amigo?... Cristian!... lo conocí! converse con el! el me dijo que eras de La Ligua también!... y tu estabas ahí... - Dijo Marcelo tratando de encontrar una explicación...
- Es mi amigo... el sabe toda la verdad... le pedí que te mintiera ese día... - Respondió Ignacia mientras las lágrimas ya llegaban al final de su rostro.
- Y el colegio?... tus compañeros eran nuevos!... no los conocías!!... yo te daba consejos para que te llevaras mejor en un colegio nuevo!... era todo eso mentira también?...
- Si... - respondió Ignacia afectada... - Llevo muchos años en el mismo colegio... te mentí sobre eso también... - Hablaba Ignacia entre sollozos apenas entendibles...
- Y que mas tienes que decirme?... dímelo ahora!... - Exigió Marcelo, ya no había pena en su corazón, sino rabia... una rabia que no podía explicar...
- Mi cumpleaños... - Dijo Ignacia muy despacio... - No estoy de cumpleaños el día en que te dije... yo estoy de cumpleaños en Febrero... - Dijo Ignacia, y rompió en llanto...
- Que?!... pero!... porque?!... porque lo hiciste?! - Grito Marcelo...

Marcelo quizás sabia que eran cosas pequeñas, pero lo que mas le afectaba era sentirse engañado... había llevado a Ignacia a conocer muchos lugares, que supuestamente ella no conocía... porque claro, el pensaba que venia de La Ligua. Pero no, se acababa de enterar de que todos esos paseos a lugares nuevos, eran una farsa... se acababa de enterar de que la compasión que sentía por ella, de que quizás no se sentía cómoda en el colegio al que había llegado, era falsa... de que le había mentido, todo este tiempo, y sin tener ninguna necesidad, llevaban ya mucho tiempo que se conocían... habían andando, luego pololeado, habían vivido mil experiencias juntos, experiencias nuevas para ambos... e Ignacia, tenía ese gran secreto...

- Te acuerdas el día en que te conocí?... - Dijo Ignacia tratando de calmarse, y secando sus lagrimas...
- Si, en mi Universidad, yo me acerque a ti... - Dijo en forma seca Marcelo
- Bueno, entenderás... que no es normal que alguien desconocido se acerque a hablarte de esa manera... y... quizás como un modo de protección, te mentí sobre algunos detalles de mi vida... solo, que nunca encontré el momento correcto de decírtelo. No creas que esto no me hizo daño a mí... cada vez que me hablabas y me aconsejabas sobre la escuela, sentía un dolor tremendo en mi interior, cada vez que contabas los días para mi cumpleaños, y cuando me saludaste en la fecha falsa que te dí... me sentía terrible! - Marcelo la escuchaba en silencio... no decía nada - Cada vez que hacías referencia al lugar de donde "supuestamente" yo venía... me rompías el alma. Y sin darme cuenta, me comencé a enamorar de ti... y no quería decírtelo!, porque simplemente, no quería que este sueño se acabara, no quería que te alejaras de mi!... tenía miedo de perderte!... de que lo maravilloso que has hecho sentir, se esfumara de un momento a otro... - Decía Ignacia entrecortadamente... - perdóname...
- Pero Ignacia!... hemos estado el suficiente tiempo juntos...! podrías haberlo hecho antes de que el sentimiento me consumiera!... antes de que el sentimiento creciera!... - Dijo Marcelo ya mas afectado y triste
- Lo sé... perdóname por eso... fui una cabra chica... no supe reaccionar... - Respondió Ignacia, y agacho su cabeza en un llanto...

Marcelo se quedo de pie unos segundos junto a ella, no sabía que hacer, sentía tremendas ganas de abrazarla y decirle que todo estaba bien, pero no encontraba una justificación para lo que ella había hecho. Seco sus ojos de las amargas lagrimas que había derramado esa noche, y se alejó...

Eran las 19.05, y Marcelo iba llegando a la estación donde se juntaría con Ignacia. Iba subiendo las escaleras cuando la vio ahí esperándolo... No pudo evitar sentir ganas de correr hacia ella, abrazarla y besarla, pero también, no podía dejar de sentir rabia en su interior...
Caminaron por casi uno hora por el parque, lentamente, llegaron hasta Irarrázabal... conversaron sobre los amigos, la familia, la escuela, el clima... de todo, menos de lo que realmente debían hablar. Marcelo era quien evitaba el tema... estaba distante, tenía miedo de ser débil...

- Marcelo, ya es tarde, me tengo que ir...
- OK... - Dijo Marcelo pensativo... - entonces, dime lo que me querías decir.... - Ignacia guardo silencio por un momento...
- Creo que una disculpa no es suficiente... nunca pensé que sería capaz de algo así. Mi vida siempre ha sido piola, tranquila. Antes de ti, no había pololeado nunca, y en verdad, no soy muy exitosa en ese ámbito, todo lo contrario... y... no he podido dejar de pensar, en como fui tan tonta, para que la única vez en mi vida, que he sido realmente feliz... con alguien maravilloso. Pude arruinarlo tanto... - Marcelo estaba silencioso mirándola hablar, y no pudo dejar de notar como una lagrima comenzaba a aparecer en su rostro.... - Se que quizás no me merezco alguien como tu... soy conciente del daño que te hice... Pero "Te amo"... y solo por eso, no quiero perderte... no quiero dejarte ir... por favor Marcelo, perdóname... te juro que... nunca quise causarle daño a la única persona que realmente me ha hecho feliz...

Termino Ignacia mirando fijamente a Marcelo, tenia los ojos húmedos, y marcas de lagrimas en sus mejillas... era la mirada que le gustaba a Marcelo, esa mirada que lo envolvía, que lo invitaba a conocer el alma de Ignacia, esa mirada sincera... esa mirada que encontraba en los ojos de Ignacia, cada vez que ella le decía cuanto lo amaba, cuando lo había echado de menos, y cuan importante era el para ella. Marcelo pudo darse cuenta, que eso era lo realmente importante... ella lo amaba de verdad, y el la amaba de verdad... entonces supo lo que tenía que hacer...

- Ignacia, amor... - Esa palabra, amor, se escucho esa vez mas hermosa que nunca... - Yo no me enamore de una fecha de cumpleaños, o de un lugar de nacimiento... no me enamore de una escolar debutante en una escuela, y de un grupo de amigos... me enamore de Ignacia... la Ignacia que me robo el corazón... eres tu cierto?... - Pregunto Marcelo, a la vez que le levantaba la mirada, tomándola delicadamente por el rostro...
- Si amor, soy yo... - Respondió Ignacia, llorando de emoción...
- Entonces deja de llorar amor... porque nunca deje de amarte, y nunca te dejaré...

Marcelo tomo a Ignacia y la besó, fue un beso lento, con amor, con verdadero amor, donde nada importa más que aquellas dos personas que se aman... Marcelo limpió las lágrimas de Ignacia y la abrazo fuertemente...

- Prométeme que nunca me dejaras sola Marcelo, promételo... - Dijo Ignacia...
- Lo prometo...


jueves, 10 de abril de 2008

"Siempre, Alhelí..."


No podía imaginarme sin ella, no podía imaginar mi vida lejos de ella... sin embargo, lo que menos imaginaba, estaba sucediendo...
Nos amamos por cuatro años. Cuatro años que fueron suficientemente, para amarla mas que a mi mismo, para dar mi vida por ella si fuera necesario, para darlo todo... y dejarlo todo. Sin embargo la vida tiene formas dolorosas de enseñarnos, y de darnos la lección mas grande de nuestra vida.

Ella se llama Alhelí... la mujer de mi vida, no podría decirle mas cuanto la amaba, porque ella lo sabía, lo sabía claramente, se lo decía a cada momento, junto a un beso en la mañana, bajo la luna en las noches, abrazados en el sofá escuchando jazz, bajo la débil luz del atardecer... lo sabía, no necesitaba comprarle joyas o darle lujos, yo sabía que no había nada que la hiciera mas feliz, que hacerla mi vida, y lo era...
Alhelí tenía formas diferentes de mostrarme su amor, tocaba mi rostro y recitaba poemas a media voz durante la noche, buscaba mi boca, y la acariciaba con suavidad, estremeciendo cada uno de los músculos de mi cuerpo. Sus manos recorrían mi ser y exitaban los nervios de mi piel, recibía el calor de sus manos... y el amor en sus palabras alimentaba el amor que sentía por ella.
Teníamos 17 años ambos, eramos jóvenes... con sueños, sueños y metas que queríamos ver cumplidas juntos. Todo comenzó con una simple amistad, que inocentemente nos llevo de a poco a poco al amor... hoy tenemos 20 años, y conocerla fue lo mejor que me ha pasado en la vida, me atrevo a decirlo, porque sé que es así... Alhelí, el nombre de la flor mas hermosa que conozco, y el normbre de la mujer que amo... Alhelí... ella nunca pudo ver un Alhelí... Alhelí solo veía oscuridad... Alhelí no podía ver nada.

Hace mas o menos 3 meses que las cosas en mi hogar no habían funcionado, mis padres están sin trabajo, y mi hermano es un desastre... hemos estado viviendo en muy malas condiciones, de la caridad de los vecinos, y en mi caso, del amor de mi Alhelí... Sin embargo, hace unos 5 días atrás, mi padre recibió una importante propuesta de trabajo, que asegura el dinero suficiente para sustentar a mi familia, y pagar mis estudios universitarios... el único problema, es que implica que nos vallamos fuera del país...
No sabía que hacer, no podía dar la espalda a mi familia, sin embrago, tampoco podía alejarme de Alhelí, como le explicaría la situación, como le haría entender cuanto quería quedarme junto a ella, pero que no podía! simplemente no podía! ...que haría ahí..?! estaba ella, lo sé, pero... tenía una familia, tenía que estudiar... ella lo entendería...

- Alhelí... - le hable... y acaricie su rostro, delgado y moreno...
- Dime amor... - Hablo ella con serenidad, esa serenidad que siempre era capaz de entregarme, aún sin decir nada, aún si solo fuera un suspiro lo que saliera de entre sus labios...
- Tengo algo que decirte...
- Lo sé... - Me respondió ella inmediatamente...
- ...Como lo sabes?!
- Hace algunos días te he sentido mas cercano, tu voz esta mas nostálgica... y tus movimientos mas torpes... no creas que no te conozco lo suficiente... he sido testigo de todos tus cambios en los últimos cuatro años...
- Nadie me conoce mas que tu... cierto?... - Pregunte, seguro de la respuesta, siempre era la misma, lo sabía... y lo amaba...
- No menso, conozco cada lunar de tu cuerpo... los he sentido, y los he besado... - Esbocé una sonrisa... y ella poso su mano sobre mis labios... rió conmigo, y cuando el momento se hubo terminado, bese sus dedos delicadamente, y me detuve en sus ojos azules...
- Es algo malo... algo, que espero entiendas...
- Puedes decirme lo que quieras... haré un esfuerzo...
- Mi padre consiguió un trabajo fuera del país y... - Una lágrima silenciosa callo por mi rostro, el solo hecho de enfrentarlo me convertía en un ser débil y sensible... un suspiro... y la suave dulzura de su mano limpio la gota en mi cara...
- ...Y es lo que debes hacer. No te preocupes, lo entiendo. Acaso eso acabará con nuestro amor?
- No!... no, por favor!, y eso es lo que quiero que entiendas... aún te amo, y siempre lo haré... solo que, no puedo manejar esto... Por favor, dime que lo sabes, dime que sabes que siempre te amaré... - Dije con la voz entre cortada, y con una suave melodía de fondo que venía de la radio...
- Lo sé... siempre lo he sabido, y siempre lo sabré... - Ella me respondió...

Esa noche nos amamos como nunca, seria la última, y fue la mejor... no quería separarme de ella, no quería dejarla, la amo, y para mi es muy importante que ella lo sepa, muy importante...
Con esta experiencia aprendí... lo que realmente significa el poder del amor. Siempre escuché a personas decir que el amor, es el poder mas grande que existe, nunca lo entendí.

"El amor mueve montañas...", me dijeron una vez, no se trata de eso, por mas que ame a Alhelí, ninguna montaña se moverá y me la traerá de vuelta... el amor, es una fuerza interior, que nos mueve, y que no se detiene nunca, no importa cuan lejos estemos, no importa a quien tengamos a nuestros lados, siempre nos amaremos, en silencio, nunca se apagara esa llama, mas fuerte que cualquier otra cosa.
Todo hombre tiene un precio, la verdad tiene un precio... un secreto puede no serlo, y un amigo convertirse en un enemigo. Pero el amor, es algo que jamás podrán quitarme... podrán quitarme la esperanza, robarme un amigo, destrozar mi vida, pero el amor superará todo eso, y no se acabará.
Alhelí me enseño que no importa realmente lo que hagamos, no importa si no nos vemos en dos, tres o cinco años, porque si el amor es verdadero, no morirá nunca. No importaba si ayer no íbamos al cine, o si el mes pasado no pude ir a verla porque ella tenia que estudiar... el amor siempre estuvo ahí, los actos que nos llevan a realizar nuestras vidas, son simples consecuencias de la experiencia terrenal que llevamos día a día, son consecuencia de nuestras familias, responsabilidades, amigos y de nuestra propia conciencia, pero nunca... nunca, nada podrá acabar con el amor, porque el amor es la fuerza mas grande que existe... y no habló de mover montañas o de noquear al mejor boxeador del mundo, si no que de una transcendencia en el tiempo, en generaciones... y en el corazón.

Así me alejé de ella, con tristeza, pero tranquilo... porque la amaba, y ella me amaba con la misma intensidad, ninguno de los dos sabíamos si nos volveríamos a juntar, si el destino volvería a cruzar nuestras vidas, solo sabíamos que nuestro amor trascendería el tiempo y la distancia... porque era verdadero, solo porque era verdadero.



PD. Cuento dedicado a ti...


martes, 8 de abril de 2008

"Bienvenido 2008..."


Bueno, y una vez mas... (quizás pensarán que ya es muy tarde para darme cuenta pero...) EMPEZÓ EL AÑO!!! xD

La evaluación veraniega... lo pase super, este verano tuvo ese saborcillo especial que no había tenido ningún otro, pues obvio!, Linares no me llego solo con mi familia, sino con amigos y con gente especial, que lo hizo diferente... estuvo cool. Hasta con reality show y todo, la cabaña y weas... xD
Sin embargo, hubieron cosas que no cambiaron, como "Lista de cosas que no pueden faltar en mi verano"... veamos mas o menos de lo que estoy hablando...

1.- Linares: Obvio, Linares xD año tras año, el mismo lugar... =D Supongo que ya me estoy acostumbrando...
2.- Su Libro loco: Ya se ha vuelto una tradición, leerse al menos un libro en el verano, y este no fue la excepción.
3.- La quemadita de espalda: Infaltable! el dolor de espalda después de una tarde de sol, no se puede dormir, tenis que estar dándote vuelta, una mierda!
4.- Carrete: No faltaba mas!... como olvidar a los mafiosos y los policías!
5.- El típico bloqueador en la mochila, ese que nunca uso... que se que esta ahí, pero que nunca uso, ese que me pone mi mamá y me dice, "ponte bloqueador...!", pero no la pesco nunca... xD
6.- La tapadita piola al entrar al agua, obvio, uno siempre tiene su técnica, sacarse la polera a ultima hora, y meterse rápido al agua, y no asomarse mas afuera hasta que me voy a salir... y apenas me salgo, taparme al toque con la toalla!, y pose bien pensada así, medio doblado pa' esconder la wata xD
7.- El baño... debo admitirlo, cada verano cuando no me puedo aguantar mas, hago pipí en el río...! xD

Y luego del verano, la Universidad!... y las típicas metas que me pongo a principio de año... y que nunca cumplo...aquí van algunas...

1.- Este semestre si que voy a estudiar...xD
2.- Este semestre voy a ir a todas las clases, y si falto a alguna, me consigo el cuaderno y lo fotocopio...
3.- Este año, voy a tener mis cuadernos ordenados...
4,. Este semestre voy a bajarme todas las clases antes de la web, para llegar preparado a la clase... xD
5.- Este semestre, voy a estudiar para las pruebas con anticipación...
6.- Este año si que me pongo las pilas!...
7.- Siento que este año me va a ir bien!...

Bueno pero obvio... predica predica y nunca practica, me lleva al fracaso!... obvio, no hay nada peor que tener un fracaso bien merecido, sabes que quizás, si hubieras estudiado un poco mas, desde un poco antes!, te hubiera ido la raja... pero pico, that's the life!... and it goes on...

"Se cuenta que un turista norteamericano fue a Oriente con la finalidad de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
- ¿Dónde están sus muebles? preguntó el turista.
Y el sabio rápidamente respondió con otra pregunta:
-¿Y dónde están los suyos?
- ¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
- Yo también, concluyó el sabio. La vida en la tierra es solamente temporal, sin embargo algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente y se olvidan de ser felices. El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables."

FIN!


domingo, 6 de abril de 2008

Another love story - Pt. 5


"Después el sol, viene la tormenta..."

Y tal como decía la canción de Arjona: "Tuve sexo mil veces, pero nunca hice el amor...". Pero claro, Marcelo no había tenido sexo tantas veces. Aún así, lejos... la experiencia que había vivido con Ignacia, había superado los límites que Marcelo conocía. Aquella noche dejaría huellas para siempre en su memoria.
Marcelo sabía, desde mucho antes, que Ignacia nunca había tenido relaciones con nadie. Sin embargo, esta vez, no se sentía tan culpable por ser el "primero", ni bajo cierta presión de responsabilidad... No se sentía mal de haberle "robado", eso tan preciado que cuidan las mujeres... La razón?... simple... todo lo que Marcelo hizo esa noche, lo hizo entregando su ser completamente. Fue la entrega de amor, mas grande que jamás había experimentado. Y la experiencia mas romántica de su vida. Como podría sentir algo malo, alguien que había hecho todo desde el corazón...?
Ahora mas que nunca, Marcelo sentía que Ignacia y el, debían estar juntos. Ella era la mujer perfecta para el, y según Ignacia le decía a Marcelo, el la hacía mas feliz que nadie.

- Gracias... - Le dijo Ignacia a Marcelo.
- Gracias por que?... gracias a ti amor...
- No, gracias a ti... - dijo Ignacia mirando directo a sus ojos... - Gracias a ti por darme esta felicidad que nunca había experimentado...

Marcelo tomo a Ignacia por el rostro, y la beso dulcemente. Sus labios ahora sabían diferente, era el sabor del amor... un sabor dulce y envolvente, que hacia estremecer el cuerpo de Marcelo con solo tocarlos.
Estaban los dos, acostados aún en la cama de Ignacia, Marcelo observaba a Ignacia bajo la tenue luz de la luna, su figura delgada se veía exaltada por la suave iluminación de la noche, y su largo pelo castaño claro brillaba sobre su dorada piel. Estaban los dos, abrazados, y mirando el cielo desde la ventana de Ignacia... era una fría noche de Septiembre, al menos afuera de esa habitación... una noche como ninguna otra.

- Ves la luna? - dijo rompiendo el silencio Ignacia...
- Si, esta preciosa... - dijo Marcelo desde el corazón... en ese momento mas que nunca, Marcelo sentía que Ignacia era de el, solo de el...
- Siempre cuando quiero pensar, o me siento sola, o simplemente salgo a caminar en las noches, miro la luna... siempre esta ahí conmigo... - le dijo Ignacia mirándolo fijamente con sus ojos negros, que hoy tenían una profundidad especial, que lo invitaba a internarse en ellos... - Quiero que... cada vez que mires la luna, pienses en mi. Cada noche cuando no estemos juntos, sal y mira la luna... y sabrás que yo estaré acompañándote, siempre, igual que la luna...

Marcelo se fundió en un abrazo cálido junto a su amante, se besaron ...se durmieron... Fue la noche mas mágica que había vivido Marcelo, y toda esa felicidad se la debía a Ignacia.

Así pasaron los días... y el amor de Marcelo iba creciendo de una manera que ya ni el mismo controlaba. Sin darse cuenta Ignacia comenzó a entrar en su vida, y a hacerse parte fundamental de ella. Marcelo no necesitaba pensar en el futuro, ni en sus planes, ni en lo que quería hacer con su vida. Lo único que quería hacer era estar con ella... podría haber dejado la universidad y entrar a trabajar en cualquier momento si ella se lo pedía, darle lo que ella quisiera, y hacerla feliz... Solo le importaba disfrutar a concho cada momento junto a ella, disfrutar sus días felices, y esperar que el futuro le regale muchos años de su vida junto a esa mujer, que le estaba enseñando a amar, y a ser amado...

Luego de aquella noche, la relación mejoro considerablemente... Ambos ahora se tenían mas confianza, nada les producía vergüenza o pudor, ni siquiera sus cuerpos desnudos. Marcelo estaba conociendo otra faceta del amor que no conocía, otra forma de entregarse completamente a la persona que amaba, e Ignacia estaba viviendo lo mismo. Parecían niños, estaba felices, de entregar y de recibir tanto amor, no había morbosidad en sus actos ni en sus pensamientos, todo era puro, tan puro que parecía el cielo... Eran dos niños descubriendo un entero mundo nuevo, que los llenaba de felicidad.
Disfrutaban cada momento, salían a bailar, a comer, al cine, a carretear con amigos, todo estaba bien... demasiado bien quizás...

Se acercaba fin de mes, y con eso se acercaba el cumpleaños de un amigo de Marcelo, iba a ser la fiesta del año, habría música, luces, y lo mas importante, cerveza gratis... Marcelo invito a Ignacia, quien ya era conocida por la mayoría de los amigos de Marcelo, y obviamente el cumpleañero, Patricio, no tendría problemas en que ella asistiera.
Se juntó todo el grupo de amigos en un metro cercano al lugar donde sería la fiesta, algunos con sus parejas (la mayoría), y otros que estaban dispuestos a lanzarse a lo que sería la mejor noche de soltero. Estaban ahí también Cristobal y Javiera, quienes eran los amigos mas cercanos que tenían Marcelo e Ignacia.
La noche llego, y todos lo pasaron muy bien, la música era buena, las luces estaban bien, y habían litros y litros de cerveza gratis en barril, que un amigo del cumpleañero había dispuesto para la ocasión. Los cuatro amigos bailaron, se rieron, se tomaron fotos, conversaron, hicieron tonterías, y se dejaron llevar por el momento, y en el caso de Marcelo y Cristobal... la cerveza. Llegadas altas horas de la noche los amigos estaban definitivamente "arriba de la pelota"... y Cristobal invito a Marcelo a comer algo en una plaza cercana, las chicas estaban en el baño, así que no se molestaron en avisarles, solo salieron, y fueron a comprar.
Lo único que había abierto a esa hora, era un local de pollos asados, así que Cristobal decidió comprar uno, "Peor es mascar lauchas..." le había dicho a Marcelo.

- Ha... que bakan perro weon... lo he pasao' la raja... - Le dijo Cristobal a Marcelo. Estaban sentados en la banca de una plaza contigua al local de la fiesta. - Se las mando el Pato weon... tome ene cerveza! - decía mientras abría y destrozaba con las manos el pollo asado recién comprado.
- Si weon, lo he pasado bien yo también, no se... me siento bakan weon, es bakan compartir estas weas con mi mina weon, y mi mejor amigo... - Respondió Marcelo mientras sacaba un trozo de pechuga, y se disponía a comer...
- Si weon yo también, como que es bakan la situación, los dos mejores amigos, los dos con minas la raja weon, los dos felices... es bakan.
- Si po', y yo no podría haber elegido mejor... bueno, si elegir sea la palabra... - un silencio en las palabras de Marcelo - La Ignacia es todo lo que yo siempre soñé weon, no es, es todo bakan! el amor, el cariño, las palabras... no se, todo!... nunca pensé que alguien se complementaria tan bien conmigo...
- Tai' bien cagao' weon... la dura... mírate la cara de pavo que poní' cuando hablai' de la Ignacia...
- No weon, pero es que en serio...
- Si perro!, si no lo digo en mala onda... a mi de verdad me alegra esa wea weon, porque tu te lo merecí'... la mina, en serio así, objetivamente, es la raja... y se nota que te hace bien... así que mientras no le haga nada malo a mi perro, too' pasando con la Nacha... - Termino la frase Cristobal en una carcajada...
- Vale perro, la dura, no podría estar mejor... tengo a la mejor polola, y al mejor amigo weon, te pasaste...
- Obvio perro, si ute' sabe que yo siempre voy a estar aquí para ute po'...

Los dos amigos se abrazaron, se dieron un apretado abrazo, y un apretón de manos... luego siguieron conversando sobre planes a futuro... y comiendo su snack nocturno.
No se dieron cuenta cuando de pronto ya había pasado media hora desde que habían salido de la fiesta. Decidieron que era mejor volver, y seguir festejando. A pesar de haber comido, Marcelo aun se sentía mareado, de hecho al ponerse de pie, sintió que se tambaleo' un poco, pero se enderezó rápidamente, obvio, "tengo que pasar piola..." pensó.
Una vez adentro de la fiesta, lo primero que vio, fue una imagen de Patricio, el cumpleañero acercándose rápidamente a el...

- Weon donde te habíai' metido?! - le pregunto con una cara de preocupación a Marcelo.
- 'Taba con el Cristobal afuera comiendo, porque?! - pregunto Marcelo preocupado al ver la expresión de Patricio.
- Weon la Ignacia te ha buscado por todos lados! 'ta desespera' weon!, súper preocupa, tu ni le avisai' que vai' a salir po'!
- La dura?!
- Si po' weon!
- Vale gracias.... - Dijo Marcelo, y se acerco a su amigo Cristobal, quien se acababa de encontrar con Javiera...
- Javiera, has visto a la Ignacia? - Interrogó a Javiera.
- Si, 'taba super preocupada por ti, no sabía donde estabas, yo le dije que se relajara, pero no, fue imposible!...
- Y donde esta ahora?!
- Parece que esta afuera esperándote...

Marcelo no dijo nada, y salió del local... ahí estaba Ignacia, sentada en una silla junto a la puerta, agachada con las manos en la cabeza. Marcelo se acerco lentamente...

- Amor... que pasó?, me dijeron que me estabas buscando... - Dijo suavemente Marcelo, pero preocupado y nervioso hasta el alma...
- Andate!
- Amor pero que le pasa?, si yo salí con el Cristobal a comer aquí a la vuelta!, discúlpeme por no avisarle... - Dijo suplicante Marcelo, sentía que estaba a punto de explotar, todo había sucedido muy rápidamente, y la impresión mas el alcohol lo tenían al borde del colapso.
- Andate dije!, como se te ocurre venir ahora como si nada?!, no me dices donde vas, con quien vas, y yo me quedo aquí como tonta preocupada por ti!
- Pero amor, discúlpeme! en serio, debí avisarle perdón! - decía suplicante entre sollozos Marcelo, nunca había visto a Ignacia tan enojada, y la situación lo tenia evidentemente afectado.
- Obvio que debiste avisarme!, yo preguntándole a todo el mundo donde estabas, y nadie sabía nada! ni siquiera la Javiera!, de verdad debiste pensarlo antes! no sabes como estaba de preocupada, ahora andate! no quiero estar contigo! Andate! déjame sola!... - Dijo cortante Javiera, sus palabras fueron duras y golpearon a Marcelo como un martillo... Marcelo se sintió mal, horrible! debía haberle avisado, lo sabía, pero la noche, todo, estaba tan bien... nunca pensó que un error tan pequeño causaría tales consecuencias... De pronto Marcelo sintió que no podía mas, estaba a punto de caer en llanto, se sentía mal, por lo que había hecho, por la manera en que Ignacia le habló... y todo lo que había tomado en la noche, no ayudaba en nada mas, sino que en aumentar su pena... Hasta que no aguantó mas, y callo de rodillas llorando en las piernas de Ignacia, que aún permanecía sentada...
- Discúlpame amor! - Decía llorando Marcelo - ...discúlpame! debí avisarte lo sé! discúlpame por ser tan mal pololo!, tu te mereces alguien mejor, alguien que te haga feliz, que no te de preocupaciones!, discúlpame amor!... - Lloraba Marcelo claramente afectado, la respiración entrecortada interfería con el entendimiento de sus palabras, y el sabor salado de sus lágrimas ya llegaba hasta su boca... - Disculparme amor, en serio, yo no quería preocuparla, te juro que voy a cambiar!, te lo juro!, tu te mereces alguien mejor que yo... perdóname amor...
Ignacia de pronto parecía estar en shock, claramente esta no era la clase de reacción que había esperado, sus ojos quedaron en blanco, y tomando en sus manos el rostro de Marcelo llorando y suplicando... no pudo aguantar mas, y rompió en llanto de igual forma, pero sus motivos... eran mucho mas diferentes.
- Marcelo... Marcelo!, Marcelo para porfa', no llores mas, porfa', por favor!... - Pero Marcelo estaba mal, apenas la escuchaba, e Ignacia cada vez lloraba mas y mas fuerte... - Amor, para en serio, usted es un buen pololo, discúlpeme, no quise que se sintiera así... perdóneme! discúlpeme amor discúlpeme!... - Marcelo comenzó a calmar su llanto, sin embargo aun lloraba en las piernas de Ignacia, mientras el llanto de Ignacia aumentaba y aumentaba cada vez mas... Marcelo comenzó a notar la situación, y trato de contener sus lagrimas...
- Amor...? porque esta llorando?... no llore amor, le prometo que nunca mas volveré a hacer algo así... - Le dijo Marcelo a Ignacia... acariciándole el rostro, pero ella alejo su rostro de la caricia de Marcelo, y bajo la mirada, mientras seguía llorando... - Amor que le pasa? no llore mas...
- No amor, escúchame... - Le dijo Ignacia a Marcelo... - Usted es el mejor pololo del mundo, la que es mala polola, soy yo...
- Que?, pero de que esta hablando amor - Marcelo no entendía nada, ya estaba mas tranquilo, pero Ignacia no dejaba de llorar... - Porque me dice que usted es mala polola?...
- Si Marcelo, eres tu quien debe perdonarme, porque yo te he mentido, te he mentido todo este tiempo, te mentí sobre quien soy, de donde vengo, y otras cosas mas, y me siento terrible... se que debí decírtelo antes, pero no pude!... solo... no pude hacerlo, discúlpame...

Marcelo no entendía nada, su llanto ceso bruscamente, y su pena y angustia, se convirtió en un sentimiento demasiado incomodo, "fue como un balde de agua helada sobre su espalda", por primera vez en su vida, Marcelo sabía exactamente, lo que esa frase realmente significaba...


miércoles, 2 de abril de 2008

Another love story - Pt. 4

"No todo lo que brilla es oro..."

El pololeo llevaba meses, Marcelo encontraba en Ignacia cada día una razón para quererla mas, y ella cada dia le daba motivos para que el la quisiera más aún. Los dias se transformaron en semanas, las semanas en meses, y los "te quiero", querian timidamente convertirse en algo mas grande... Algo que no se atrevía aún a salir de sus labios, por miedo... por miedo a estar equivocados, o por miedo a no recibir una respuesta similar.

Cada noche Marcelo daba gracias a Dios, por lo que el creía: "eran los días mas felices de su vida". Todas las noches Marcelo recordaba aquel "si" de Ignacia, un "si" acompañado de una sonrisa repleta de felicidad, y unos ojos brillantes que esfumaron todo el nerviosismo de Marcelo, y que lo llevaron a recorrer este increíble camino juntos. Ignacia le decía a Marcelo cada vez que podía cuanto lo amaba. Le mandaba mensajes todos los días, en el colegio, en su casa, en la noche, recitándole poemas y canciones. Le decía que el era especial, único, una persona maravillosa. No podía creer como nadie lo había atrapado antes, y menos aun, como otras antes de ella, lo habían dejado escapar... Marcelo disfrutaba dejarse llevar por las palabras de Ignacia, y comenzó sin darse cuenta, a caer en las redes del amor. Se comenzó a enamorar de esta chica que hacía que todo fuera perfecto... incluso el era perfecto junto a ella... se comenzó irremediablemente a enamorar de Ignacia.
Nunca antes Marcelo había pololiado tan seriamente,. Nunca antes había pensado que el amor lo hacia feliz, o hiciera que todo alrededor estaba bien gracias a el, al contrario, el amor siempre le traía solo penas y lagrimas, esta vez era diferente.
Como casi todos los miércoles y viernes en la tarde, Marcelo iba a casa de Ignacia, y estaban juntos hasta el anochecer, escuchaban música en la pieza de Ignacia, a la luz de las velas, conversaban, reían, se besaban, dormitaban abrazados, y de vez en cuando comían algo rico que Ignacia tenia en casa. Era lo que ellos llamaban "Miércoles felices" y "Viernes felices". Marcelo se iba de esa casa feliz, sentía su pecho lleno, lleno de lo que el decía era amor, Ignacia lo llenaba, se iba saciado de cariño, y con todo el cariño que Ignacia le daba, podía aguantar hasta la próxima vez que se verían, así lo veía Marcelo.

Una tarde organizaron una salida a Fantasilandia, Marcelo había invitado a su amigo Cristobal, con su polola Javiera, para que finalmente conociera a la "mítica Ignacia", que era como Cristobal llamaba a Ignacia.
Eran las 11 de la mañana, y habían quedado de juntarse en el metro a esa hora, Marcelo esperaba al grupo, que obviamente venia atrasado, cuando vio que los tres bajaban por las escaleras del metro...

- Hola mi niña! como 'ta?! - dijo Marcelo avalanzandose primero sobre Ignacia y besándola en la boca.
- Bien y tu?, esta hace mucho rato aquí?...
- No llegue recién... - dijo Marcelo arreglándole un poco el cabello a Ignacia - Wena pelao'! - dijo luego Marcelo saludando afectuosamente a Cristobal - Hola Javiera...! - agrego finalmente saludando a Javiera, la polola de Cristobal - así que ya se conocieron los tres?! - pregunto Marcelo...
- No, nada que ver! - dijo Cristobal riendo, al percatarse de que aquella chica era Ignacia - veníamos hasta juntos en el metro, y después bajamos las escaleras juntos, pero no tenia idea que ella era la Ignacia!. Hola Ignacia, mucho gusto, Cristobal - agrego Cristobal saludando a Ignacia.
- Hola - dijo tímida Ignacia, saludando a Cristobal y a Javiera.
- Así que al fin conocemos a la famosa Ignacia - dijo riendo Javiera
- Famosa?, porque? - pregunto Ignacia...
- Haaay tu que crees ñoña - le dijo Marcelo - los tengo chatos hablándoles de ti todo el día...
- Ah muy bien - dijo Ignacia sonriendo coqueta, y abrazando a Marcelo... - Espero que hayan sido cosas buenas...

Caminaron al parque, y conversaron sobre todo lo que Marcelo le contaba a Cristobal sobre Ignacia, rieron, y pasaron una buena tarde, lo que finalmente llevo a Cristobal, a que en medio de un juego, mirara a Marcelo, y le hiciera un gesto con dedo para arriba, Ignacia había pasado la prueba de fuego, había sido aprobada por Cristobal, todo estaba bien.
Ya llegada la hora de cierre del parque, todos concordaron en que no querían irse a sus casas, Ignacia tuvo la idea de que fueran a la suya, e hicieran un carrete piola, sus padres andaban de paseo, y no había nadie, todos estaban de acuerdo, y Marcelo pensaba que todo estaba saliendo muy bien ese día.
Tomaron el metro, y se bajaron en la estación donde vivía Ignacia. Cristobal y Marcelo conversaban, y notaban alegres que Javiera e Ignacia se estaban haciendo muy buenas amigas. Fueron al supermercado, y decidieron comprar pizza para comer esa noche. Compraron un par de botellas de ron, bebidas, y se dirigieron a la casa de Ignacia...
Marcelo en ese momento se detuvo a analizar la escena: el con su mejor amigo, y las pololas de ambos comprado en el supermercado para hacer un carrete piola. Tomo a Ignacia de la mano, y penso "Podría vivir así por el resto de mis días..."

Avanzada la noche, los cuatro amigos estaban sentados alrededor de una pequeña mesa de centro, en el living de la casa de Ignacia. Se podía oler aun el olor a queso quemado (culpa de Marcelo quien quiso demostrar cuanto sabía de cocina), y sobre la mesa se veían cuatro platos sucios, y cuatro vasos recién llenos con lo que era mas o menos el tercer trago de la noche.
Marcelo estaba feliz, no podía estarlo mas. Conversaban sobre temas en común, cada uno abrazado de su pareja. De vez en cuando en la radio se escuchaba un tema que les gustaba, y se paraban en grupos de a 2 o 3, a bailar.
Mientras conversaban distraídamente, Marcelo escucho una canción a la que no pudo ignorar en ese momento. Era un tema romántico del grupo mexicano "Cafe Tacuba". Tomo a Ignacia de una mano, la rodeo por la cintura, y comenzaron a bailar... fue el momento mas romántico que habían vivido juntos. El ambiente era perfecto, la música era excelente, y Marcelo no podía pedir una mejor compañía que la de Ignacia.
Los segundos pasaban suaves al son de la música, y Marcelo le cantaba a Ignacia al oído...

"Soy el que quererte quiere como nadie soy,
el que te llevaría el sustento día a día, día a día,
el que por ti daría la vida, ese soy."

Marcelo se sentía como volando, podía ser la noche, el cansancio del día, el alcohol, o simplemente Ignacia, Ignacia lo hacia volar, su piel, sus manos, sus ojos, esos ojos negros que lo envolvían en un sentimiento tan grande, que Marcelo aveces sentía que se ahogaba de tanto amor.
Una vez terminado el tema, Ignacia tomo a Marcelo por el rostro, y lo beso tiernamente en los labios. Acto seguido, lo miro a los ojos y le dijo "Te amo". No era el primer "te amo" que Marcelo recibía de Ignacia, aún así, el no se sentía listo para responderle de la misma forma. Sin embargo, ese día, esa noche, Marcelo había formado un sentimiento solido, puro, y que lo convencía de que esto podía ser para siempre, quizás esas palabras que tantas veces había reprimido en sus labios por miedo a equivocarse, ahora tímidamente tomaban fuerza, y querían definitivamente salir.

Una hora después de ese momento, Marcelo e Ignacia estaban cansados. Cristobal y Javiera se veían peor, así que decidieron que era el momento de acostarse.
Ignacia dispuso de la pieza de su hermano mayor, para que Cristobal y Javiera durmieran en ella. Marcelo dormiría con Ignacia, en la pieza de Ignacia. En ningún momento Marcelo dejo de sentir la tensión del momento. Nunca habían dormido juntos una noche entera, en todo el tiempo que llevaban pololiando, Marcelo siempre evitaba la situación, no quería que Ignacia se sintiera incomoda, solo quería que ella estuviera bien, pero ahora era ella, la que quería que Marcelo estuviera bien.

Marcelo se acostó primero, en esa pieza que conocía muy bien, muchas tardes y momentos felices había vivido ahí. Estaba rodeado por tenues luces de vela, que hacían que la habitación tomara cierto vaivén, que hacía a Marcelo sentirse como si estuviera en una cuna. A la distancia, Marcelo podía oír la ducha... oía el agua caer, furiosa sobre el suelo, y sobre el cuerpo de Ignacia. Así Marcelo cerro sus ojos, dejo volar su mente, y se durmió... levemente se durmió.

El sintió unos labios sobre los propios, y abrió lo ojos. Ahí estaba ella, sonriendo, mirándolo, entre niña y mujer... sin decir una sola palabra. Comenzó a besarle, y sus cuerpos comenzaron a juntarse. El podía sentir cada centímetro de piel de su amante junto a si mismo, cada centímetro le brindaba un calor especial, una paz, que recorría su cuerpo desde la punta de sus pies, hasta su cabeza, liberándose en besos arrebatados de su conciencia por la pasión y el deseo. El deseo de ambos de amarse, de ser del otro, de entregarse y de recibir lo mas hermoso que han tenido alguna vez, amor. Lentamente sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de la persona que amaba, tocando con dulzura cada parte de su ser, saboreando la suavidad de su piel, llevándola a sentir un éxtasis de lujuria con cada roce. El podía sentir su aroma, el aroma de su pelo, de sus labios, de sus pechos, de su vientre, de su cuerpo... un aroma que lo trasportaba a lugares lejanos en el cielo, los cuales nunca había visitado. Poco a poco comenzaron a despojarse de sus ropas, las prendas caían una a una sobre el suelo, y dejaban sus cuerpos desnudos al descubierto. Piel contra piel, el deseo, la pasión, la lujuria, aumentaron mas aún... los besos eran grandes bocados que se alimentaban del alma, los brazos rodeaban y tocaban el cuerpo del otro, y la mente estaba ya en latitudes recién descubiertas... El pregunto, "Estas segura"?... Una sonrisa le respondió, una mirada penetrante que le llego al alma, y lo hizo sentir seguro...

Cuando mas tarde, Marcelo se percató de la situación, de que estaba desnudo, acostado, junto a Ignacia, mirándolo a los ojos, con una expresión de felicidad completa, se dio cuenta de que todo había sido realidad, nada había sido un sueño... fue tan maravilloso, que Marcelo creía estar soñando, pero aún mas maravilloso fue darse cuenta, de que todo era realidad...
Bajo la mirada, y con los ojos fijos en los de Ignacia, la beso, acaricio su suave piel, y le dijo suavemente, pero con un tono firme y seguro...

"Te amo..."



lunes, 10 de marzo de 2008

El niño que limpiaba polvo estelar...


...Y el niño todas las mañanas salia de su casa, tomaba su capa, y volaba por la ventana de su habitación. Se ganaba la vida limpiando el polvo de estrellas que cubría planetas lejanos, y su jefe era un monstruo gigante, sentado en una de las lunas de Júpiter, que todos los días lo mandaba a galaxias cada vez mas lejanas, a limpiar planetas cada día mas mas aburridos...
Aveces, cuando iba camino a algunos planetas extraños en constelaciones aun no descubiertas... jugueteaba con pequeñas estrellitas fugaces, que le traían noticias de tiempos mejores... en otras nebulosas y universos. Saltarinas, cantoras, y de muchos colores, las estrellas fugaces alegraban su camino.
El trabajo del niño, consistía básicamente en limpiar el polvo de estrellas, y tirarlo al hoyo negro mas cercano... pero ya muchas veces se dejo llevar por el ocio y el aburrimiento, dejándolo libre en el espacio... "lo limpiare luego de todas formas, da lo mismo", pensaba el niño...
Todas las noches llegaba a su casa, lo que mas le alegraba el día, era ese momento, amaba su hogar, sus lunas, sus estrellas propias, sus soles!... al llegar, todos los días sacaba mil sonrisas de su refrigerador, y las devoraba acompañadas de caricias y abrazos... nada lo hacia mas feliz que su hogar... nada.

Cada día, la bolsita de polvo estelar se le hacia mas pesada, si jefe le gritaba mas, y mas le molestaban las estrellitas que encontraba en el camino... Al llegar al fin a su hogar, ya no quería nada... tiraba la bolsa y pegaba la puerta al entrar... las sonrisas comenzaron a congelarse en el refrigerador... y las caricias y abrazos se enfriaban en el horno... aun amaba su hogar, pero todo su malestar del día, lo desahogaba en el... tiraba las cosas, y no media las palabras que usaba, su hogar comenzó a entristecerse... y las casas de alrededor, comenzaron a notar que su color era cada vez mas opaco...
De noche el niño comenzó a sentir su hogar mas frío y lejano... lo cual lo agobiaba mas... lo echaba de menos, pero no era lo suficientemente sensato para reconocerlo. Sufría en su interior, pero nunca se percato, convertía ese sentimiento en ira, que desahogaba cada noche al llegar a su hogar, primero, porque no podía hacerlo con su jefe, y segundo, porque sentía en su hogar la confianza mayor de hacerlo, contra lo que mas amaba... y comenzó a sentirse muy solo...

Un día, su jefe lo mando a un lejano planeta, 5 galaxias mas allá de la famosa estrella azul del norte... el planeta era enorme y solitario, "aburrido", pensó el niño... lo que lo enojo aun más... No se preocupo de usar la bolsita, se ubico en cada punto extremo, y soplo con mucha rabia todo el polvo de estrella que había en el planeta... el polvo dio vueltas, y se alejo rápidamente por entre las estrellas, sin rumbo, y el niño se sintió aliviado... "el camino mas fácil, fue el mas rápido"... pensó el niño, y se sentó a descansar...
Ese día, mientras volaba a casa, se sentía raro... "quizás lo que hice no fue lo mejor...", pensó, tenía un pequeño sentimiento de incomodidad en su alma, esperaba que todo estuviera bien...
Cuando ya era de noche, estaba llegando a su planeta, debía rodear la órbita de Marte y aterrizaba en la Tierra... pero algo a lo lejos, noto que algo iba mal... las otras casas lo miraban extraño cuando el pasaba, y el no entendía porque... Llego a su barrio y vio su casa asustada y quemada gravemente, el reconoció las quemaduras... las había visto mil veces, eran de polvo estelar... se le acerco un niño de uniforme, y le pregunto: "tu dejaste libre el polvo del planeta que esta a 5 galaxias mas allá de la estrella azul del norte?"... "si...", respondió el niño, y su alma se quebró... Se sentó en la acera, y le dijo a su hogar con las manos en la cabeza... "lo siento tanto... me deje llevar por la rabia, y herí si querer la cosa que mas amaba en el mundo, fui un tonto... discúlpame"... la casa cerro sus ojos con una lagrima que salia por sus ventanas, y no dijo nada...
"Perdón, pensare mas mis acciones, te lo juro!, te cuidare, te limpiare!..." la casa estaba mal, no podía hablar, pero su aspecto penumbroso lo decía todo... "nunca me había dado cuenta de cuan importante eres para mi... extrañare tus sonrisas, tus caricias, tus abrazos... que ya nunca mas serán de mi...", decía tristemente el niño, arrepentido de corazón, no podía explicar con palabras el dolor que sentía por hacer sufrir su hogar, el lugar donde se sentía libre, el lugar que amaba... La casa lentamente cerro sus puertas, sus ventanas, y se durmió...

Ahí quedo el niño, solo y abandonado... había perdido todo lo que amaba, y no lo supo valorar, estaba arrepentido... pero ya era demasiado tarde...