martes, 17 de junio de 2008

Discriminación


Y entonces el joven se levantó, golpeado y humillado por todos... sabía que llegaría ese momento. Dificultosamente, se puso de pie, notó como su cabeza parecía tener huevos por todos lados producto de los golpes. La gente que lo rodeaba lo miraba satisfecha, y parecía conforme con lo que habían hecho... "Merece ser castigado..." decían una y otra vez mientras lo golpeaban y le escupían.
En aquella época era considerado pecado mortal contra Dios y la Iglesia lo que el acababa de hacer... en lo que el acababa de ser descubierto...
Una vez de pie, posó sus ojos sobre el sacerdote, que como el promovedor de toda la revuelta, era quien mas altanero lo miraba y castigaba "en el nombre de Dios", como había dicho... El joven, con los labios hinchados y sangrando, miro en el suelo a su amante... que aún yacía respirando apenas... Levanto la mirada, y con gran esfuerzo, solo dijo unas palabras, una palabras que terminaron en un silencio sepulcral en aquel paisaje surrealista...

- Antes que todo, Dios creó el amor... - Dijo cerrando los ojos, y dejando caer una lágrima...