martes, 11 de enero de 2011

Jamais Vú - Capitulo I


Lunes, 24 de agosto

Eran las 2.30 de la mañana y Antonio estaba en su casa viendo televisión. Hacia un poco de frío, por lo que había cerrado las ventanas, y se había tapado hasta el cuello con la ropa de cama.
Al otro día era feriado, así que no debía ir a la Universidad, por lo cual decidió tomarse una noche de relajo trayendo a su pieza la televisión, unas cabritas, una buena película, que junto con su entera disposición a relajarse, harían de esa noche, una noche genial.

Eran ya las 3 de la mañana y en la televisión se podían oír las voces de dos hombres que discutían. Antonio ya no la miraba, las cabritas se habían acabado y el sueño le estaba ganando. Mientras se dormía pensaba en que quizás mañana subiría el cerro en bicicleta, el clima iba a estar perfecto; 24 ºC anunciados en el tiempo, y acompañar un día agradable con un poco de deporte no tenia precio para el, ya se arrepentiría del snack de cabritas que acababa de comer.
Había pasado ya un rato, en el que Antonio dormitaba y despertaba de vez en cuando, cabeceando y cabeceando... No quería apagar la tele, prefería quedarse dormido con el sonido de fondo y la tenue luz que iluminaba la habitación.
Antonio ya estaba dejándose vencer por el sueño, cuando de pronto comenzó a sentir un olor extraño, un olor como a carne en descomposición… y una leve presión en el pecho, una presión que comenzó como un simple cosquilleo, y que cada vez tomaba mas intensidad haciéndose mas y mas fuerte.

Luego de unos segundos la presión no se detenía, el olor le penetraba en los pulmones dándole incluso ganas de vomitar, y la presión se transformo en dolor. Antonio pensó que el dolor era producto de una mala posición o algo así, y trato de ponerse de pie, pero el dolor se intensifico aun más. Comenzó a extenderse a sus hombros y sus brazos dificultándole el ponerse de pie. Trataba en vano de mantenerse en esa posición, porque el dolor en el pecho no se lo permitía... De pronto, Antonio se sintió caer por el dolor, cayó con un golpe seco en el suelo... el dolor ya era tan fuerte que ni siquiera podía mantener los ojos abiertos y ya estaba todo mojado por el sudor que formaba gotas en su rostro. La desesperación comenzó a apoderarse de el. Sus intentos de gritar por ayuda resultaban en sollozos inútiles, y en medio de esa desesperación, el sonido del televisor disminuía en su cabeza pareciendo cada vez mas lejano, Antonio dejo de luchar… y todo se fue a negro.

Abrió los ojos lentamente, primero intento mover sus manos y toco el suelo, toco una alfombra y unas zapatillas para levantarse. Estaba en su pieza… o al menos eso parecía. Respiró. Estaba bien, no recordaba lo que había ocurrido esa noche, y sentía los golpes insistentes de su madre en la puerta de su habitación, insistentes, eso era lo que lo había despertado.

- ¡Abre la puerta Toño, ya son las 11, levántate hombre! - Decía su madre al otro lado de la puerta. Se levanto y le abrió, estaba recién despertando, y le dolía un poco la cabeza y los ojos...
- Hola mamá... - dijo mientras se ponía rápidamente de pie y la saludaba de un beso en la mejilla, estaba atónito, pero no quería preocupar a su mamá. Mantenía la compostura y se mostraba despreocupado.
- Mira cabro leso, apuesto que te quedaste dormido arriba de la cama y con la tele prendida, ¡mira! si andai’ con la misma ropa de ayer... si no digo yo; ya cámbiate de ropa... - Antonio entro al baño, y se sentó al borde de la tina, no podía dejar de pensar, estaba en silencio, pensando… - ¿Que ocurrió anoche? - …no encontraba en su mente un indicio, ni una imagen de lo que le había ocurrido la noche anterior, ni de porque había despertado en el suelo... solo recordaba que se había acomodado para ver una película, un dolor y… después de eso nada.

- Esta bien que hoy no vallas a la Universidad… – Le decía su madre. - …pero no por eso te vas a andar dejando estar, ¡ya báñate!, y hace tu cama, yo te ordeno la ropa aquí...

Antonio se baño aún ausente tratando de buscar una explicación a lo sucedido, luego hizo su cama, y tomo su bicicleta para subir el cerro. El cerro le quedaba medianamente cerca, a más o menos 15 minutos en bicicleta, y desde pequeño estaba acostumbrado a subirlo junto a su padre, quien ahora por obvias razones de salud, ya no podía acompañarlo como antes.
Algo de todo lo que le había pasado anoche le daba miedo, sobre todo el hecho de que no recordaba nada. No podía sacarse la duda de la mente, trataba de recordar las cosas que le pasaron.
Primero, un olor extraño... era un olor malo, desagradable... Luego un dolor en el pecho, que se hacía más y más fuerte, un dolor que incluso le restringía el ponerse de pie, y luego... luego... no recordaba nada mas. Pensaba que quizás podría haber sido un pre-Infarto o algo así, tenía antecedentes, su padre y su abuelo eran enfermos de corazón, así es que era una opción. Si así era... debía evitarlo, por lo que decidió desde ese momento, doblar la cantidad de ejercicio que hacía, y dejar de comer chatarras, o de comer muy tarde. Ahí fue cuando lamento el snack que acompaño su película la noche anterior.

Antonio era un Universitario común, sus notas eran cercanas a la media, tenía amigos, y disfrutaba del carrete. Cada fin de semana salía con sus compañeros pero siempre se medía con el alcohol, nunca tomaba de mas, y pasaba bastante rato bailando, no fumaba ningún tipo de sustancia, ni se excedía con nada, era el "niño bueno" del grupo. Siempre había sido estudioso, y nunca había tenido problemas mayores relacionados con sus estudios, lo cual no lo impedía de pasarlo bien... su pasión, definitivamente, era la bicicleta.

Eran las 5 de la tarde, y Antonio llego a su casa, sudado y cansado. Tomo una ducha, comió algo, y preparo sus cosas para el día de mañana, había pasado todo el día andando en bicicleta, doblo su tiempo normal, por lo cual debió subir y bajar el cerro dos veces.
Mientras daba su segunda vuelta por el cerro... decidió que quizás lo de anoche fue un sueño o algo así, y le resto importancia, en verdad, no podía afirmar si estaba despierto o durmiendo cuando le paso lo que... bueno, cuando le paso lo de anoche, quizás hasta fue un sueño. - Si, lo mejor es olvidarlo - …pensó.
Luego de estar un rato en el computador conversando por MSN con sus amigos, ya había olvidado lo que le había pasado la noche anterior, cuando de repente una ventana de conversación se abrió, era un amigo de la Universidad, Francisco.

- Wena Toño, ¿como estai'?
- Muy bien, aquí, descansando, estuve todo el día andando en bicicleta
- ¡Ah, que buena!, ¿y porque tanto?
- No por nada en especial, weas de uno, ¿que hiciste tu hoy día?
- Nada, descansar todo el día, jejeje... que paja que mañana tengamos que volver a la U, ame el fin de semana largo, ¡ame el sándwich, loco! jajaja
- Si yo también, aproveche de ordenar mi pieza que estaba pa' la embarra'…
- ¡Uh, me acordaste! verdad que tengo que ir a comprar el pan, ¿que hora es?
- Son como las 9 ya... tendrías que ir al súper... pero, ¿que tiene que ver con mi pieza?
- jajaja, ¡nada! ...ya voy corriendo, de ahí hablamos... ¡chao!
- Chao.

Antonio cerró la ventana, y un pequeño flash de lo de anoche paso por su mente... debía aclarar una duda antes de ir a acostarse.
Entro a Internet, abrió un buscador, y escribió: "síntomas de un ataque al corazón", abrió el primer enlace que apareció, y leyó el listado de síntomas que aparecían ahí:

* Presión fuerte, opresión, dolor y, o molestias en el centro del pecho y sensación de plenitud que duran más de unos minutos.
* Dolor o molestias que se extienden a los hombros, el cuello, los brazos o la mandíbula.
* Dolor en el pecho con una intensidad que aumenta.
* Dolor en el pecho que no se alivia con el reposo ni al tomar nitroglicerina.
* Dolor en el pecho que se produce junto con alguno o todos los siguientes síntomas (adicionales):
o Piel sudorosa, fría, pegajosa y, o pálida.
o Falta de respiración.
o Náusea o vómito.
o Mareo o desmayo.
o Cansancio o debilidad inexplicables.
o Pulso rápido o irregular.

Quedo helado, a pesar de que no tenía todos los síntomas, ya que definitivamente no sintió plenitud. Se preocupo bastante, decidió realmente doblar su tiempo de ejercicios, y comer mas sano. También decidió que no le diría nada a sus padres, el ya era un adulto, y podía con esto solo, además, no quería preocuparlos por algo que considero una pequeñez.
Luego de un par de horas, Antonio estaba en su cama, mirando el techo, y pensando... ¿que será todo esto?, las ideas que pasaban por su mente iban desde lo razonable hasta lo mas inexplicable y fantástico... luego de pensarlo un rato, decidió que era mucho mas sano no pensar en tonteras, y verle el lado científico al asunto, mas que mal, esto debía ser un problema medico, y su cuerpo estaba respondiendo a que algo estaba mal, y si algo estaba mal, el haría que mejorará...

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