martes, 11 de enero de 2011

Jamais Vú - Capitulo II




Martes, 25 de agosto.


Eran las 2.30 a.m., y Antonio estaba borracho en casa de una amiga que vive en Calera de Tango. Ella estaba celebrando su cumpleaños, y habían llegado Antonio junto con sus compañeros de Universidad muy temprano, era fiesta con piscina, y la mayoría estaba tomado y bañándose desde la tarde.
Antonio que no estaba acostumbrado a tomar, se dejo llevar por sus compañeros esa noche, y había tomado más de lo debido.... A el siempre le había gustado Catalina, la chica del cumpleaños, y quizás por querer impresionarla, fue que tomo mas de la cuenta, sin embargo, ahora eso le estaba jugando una mala pasada. Antonio se sentía mal, estaba mareado, y tenía enormes ganas de ir al baño.
Se levanto tambaleándose de la mesa... y vio a su lado a Francisco, quien estaba aún peor que el, comenzó a tomar como a las 7 de la tarde, y ahora apenas podía contar un chiste entre dientes a un grupo de novatas. El único baño de la casa, estaba ocupado, y la fila por entrar era interminable. Como la zona donde estaba la casa de Catalina era de campo, decidió que salir a dar una vuelta y buscar un lugar donde poder hacer sus necesidades, era lo mejor... una gran ventaja de la que goza el sexo masculino.
Salió de la casa y se alejo unos 100 metros de la fiesta, el ruido de la música ya era débil, y se opacaba por el ruido de los grillos que cantaban, y la incesante conversación de los álamos que rodeaban el camino. El frío comenzaba a traspasar su ropa, y no falto mucho para que se percatara de que su aliento emitía un blanco humo que se disolvía en el aire. Al cabo de un rato, Antonio sintió que ya no aguantaba más, y vio una pequeña animita. Lo pensó dos veces, pero el alcohol lo confundió, y le pareció que sería una buena idea orinar ahí - Algo gracioso que contar a los amigos... –. Mientras estaba de pie, sintió un leve olor a orina seca, y vio que alguien mas ya había orinado en el mismo lugar, lo que le pareció gracioso... - no soy el único borracho esta noche - pensó Antonio. Trato de concentrarse, y mientras orinaba en medio de la nada, se quedo mirando las estrellas y la punta de los álamos que se movían al ritmo del viento. No pudo evitar sentir un escalofrió que lo hizo tiritar desde la punta de los pies, hasta el ultimo pelo de la cabeza.
Cuando termino y mientras se subía el cierre de los pantalones, Antonio se agacho un poco para ver el nombre que aparecía en la placa de la animita... se acerco hasta quedar a unos pocos centímetros de ella, y leyó: "Ángel Bastián Vera Vera, 1997 - 2008". Diablos - pensó Antonio -acabo de orinar sobre la animita de un niño - Sin dejar de sentirse un poco culpable por la situación.
En ese momento, sintió un leve dolor en el pecho, y un olor extraño, un olor desagradable... un olor, al que Antonio atribuyo que era como a algo muerto, un olor como a perro muerto... el dolor, se intensificaba en su interior, y se comenzó a transformar en una presión cada vez mas fuerte, Antonio comenzó a sentirse débil, cada vez mas débil, lentamente comenzó a perder sus fuerzas, pero sin dejar de resistirse y de sentir mas intenso ese desagradable olor, comenzó a caer... el dolor se comenzó a extender por sus brazos, su cuello, y la respiración comenzó a ser cada vez mas dificultosa. Antonio noto que sudaba frío, y al mirar su brazo vio la hora brillando en su reloj, eran las 3.00 AM.
Cuando calló al suelo, la presión en su pecho era ya enorme, y el dolor no lo dejaba pensar. Su pulso estaba por las nubes y sus sienes le latían con una fuerza que casi le rompía la piel. Antonio sentía que ya no podía respirar mas... En ese momento, su vista comenzó a nublarse, veía menos, menos, cada vez menos...
De pronto, abrió los ojos... y vio frente a el la imagen de un niño, un niño de unos 10 años, que lo miraba con un odio que Antonio nunca antes había experimento, su piel era blanca, y por la corta distancia que separaba sus rostros, Antonio pudo ver sus negros y profundos ojos, y sentir el frío de su piel. Una piel tan blanca y helada como la nieve, que contrastaba con los ojos que lo miraban fijo, y casi produciéndole un dolor en la pupila... miro hacia abajo tratando de escapar de su mirada que le dolía, y vio cómo la mano del niño estaba entrando por su pecho. Entrando en su cuerpo...
Antonio no creía lo que estaba pasando, no podía gritar, o correr, su pecho iba a explotar y sentía que el dolor ya lo iba a matar, cerro sus ojos, apretó los dientes, y ya no sintió nada... se desmayó.

Cuando Antonio despertó, no podía decir con exactitud cuanto tiempo estuvo con los ojos cerrados, no quería abrirlos, tenia miedo de lo que vería ¿Donde estaba?, ¿estaba muerto?, ¿estaba en el cielo?, ¿o en el infierno?... no lo podía saber con certeza, y pensaba no estar listo para averiguarlo...
Cuando finalmente se decidió, abrió los ojos lentamente, y se vio en el suelo de su pieza... sobre la alfombra, acostado en posición fetal, solo en su habitación...
Inseguro comenzó a levantarse... miro a su alrededor, todo le parecía extraño, era su habitación, si, pero algo le hacia sentir que estaba en otro lugar, que no estaba en su pieza, todo le parecía ajeno y se sentía perdido, no se sentía en su hogar... a pesar de sus fotos, su cama, su televisión, sus peluches, algo le decía que no era su habitación. Vio la hora en el reloj, marcaba las 3.00 AM, no sabia porque, pero sentía un miedo inmenso, no recordaba muy bien que había pasado, no recordaba porque estaba en el suelo, ni siquiera recordaba que había soñado. Sumado a todo eso el extraño sentimiento de no estar en su pieza... Antonio prefería no pensar, y de un movimiento rápido entro al baño. Una vez adentro, comenzó a calmarse... se relacionó con ese, su baño, el baño de su pieza... aunque aun no se sentía convencido sabia que era su baño, el de siempre... diferente de alguna forma, pero el de siempre. Se sentó en el WC, y miro su reflejo en el espejo, trataba de encontrar en su mirada, que era lo que lo preocupaba tanto, había sido una noche extraña la anterior, y ésta definitivamente, no se estaba quedando atrás.
Mientras miraba su reflejo en el espejo, hubo un lapso de tiempo, en que estaba pegado en su imagen, tenia la mente en blanco, un lapso de tiempo en que dejo de pensar... Antonio estaba sentado, mirando su reflejo sin pensar en nada, cuando de pronto llego a su mente, como un flash, una imagen, como la foto mas aterradora que había visto en su vida, el recuerdo mas horrible de su vida, ¿recuerdo?, ¿estaba pensando en un recuerdo?, no... No era un recuerdo, era un sueño, su sueño, el sueño de aquella noche, vio la imagen del niño, un niño pequeño, y su mirada... una mirada con un odio tan profundo que le hería en su interior, pero fue solo un sueño pensó tratando de calmarse, solo un sueño, un pésimo sueño pensó, una pesadilla... Decidió que habían sido muchas cosas extrañas en tan solo dos días, todo debía estar en su mente, se lavo la cara, tomo un poco de agua, y volvió a su habitación a dormir. Una vez dentro de su cama, recién comenzó a sentirse familiarizado con su habitación, si, ahora estaba seguro, era su habitación, trato de quedarse dormido... trato de dormir...
Esa noche Antonio durmió como nunca, estaba cansado, y no volvió a soñar nada.

Eran las 6.30 de la mañana, y debía levantarse para ir a la Universidad. Tenía miedo, ya estaba asumiendo que definitivamente ahora si era seguro, algo extraño le estaba pasando, y no era nada relacionado con su salud, lo sentía, sentía dentro de el una presión constante en el pecho, una presión ligera, pero presente, que le advertía con cada paso... “estoy aquí, y no te dejare tranquilo...”
Durante toda la mañana estuvo asustado, creía ver el mismo niño detrás de el en el espejo, parado en cada puerta, abriendo la cortina de la ducha... era el mismo sentimiento que tenia luego de ver una película de terror, se sentía observado y perseguido constantemente. Se sentía extraño, como si no estuviera en el lugar correcto, como si estuviera mal, en otro lugar... y razones para sentirse así... le sobraban.
Esa mañana asistió a las clases de la Universidad normalmente, pero espero ansiosamente, que llegara la hora de almuerzo para poder ver a su amigo Francisco... tenía algunas preguntas que hacerle.
Cuando era la una de la tarde... fue al casino de su facultad, y se sentó a esperar a su amigo. A las 13.05 horas, llego Francisco animosamente, lo saludo, y fueron juntos a hacer la fila para el almuerzo. Mientras tanto, Francisco le contaba todo lo que había hecho el fin de semana largo, y que no le pudo contar el día anterior por MSN. Una vez sentados, Antonio decidió hablar...

- ¡...Y lo mejor de todo! - Decía su amigo Francisco con entusiasmo. - Fue el carrete de la Cata el sábado... ¡estuvo terrible de güeno!. - Francisco parecía entusiasmado con el tema, su rostro sonriente mostraba que realmente lo había pasado bien.
- Mmm... Demás... - dejó salir Antonio con la mirada perdida.
- ¡¿Que te pasa weon?! - preguntó con tono de preocupación Francisco - Has estado todo el rato callado, ¿que onda?
- De eso mismo te quería hablar... - Dijo con un poco mas de entusiasmo... incorporándose a la conversación.
- ¿De que has estado callado como weon todo el rato, mientras yo te cuento mi épico fin de semana?
- No weon, del carrete de la Cata... hay weas de las que no me acuerdo, y quería preguntarte a ti... - Antonio trataba de que su amigo le tomara mas en serio, pero esa tarde le era increíblemente difícil lograrlo.
- Ha... - Dijo su amigo con una sonrisa nerviosa. - Creo soy la persona incorrecta para eso, la verdad es que no recuerdo nada...
- No si no es nada tuyo, es mío... - Dijo Antonio mirando serio a los ojos a Francisco... - ¿Viste tu algo raro ese día en mi?...
- No, yo solo me acuerdo que ese día me quede dormido en la mesa del living. A esa altura tu ya no estabai', habiai' salido no se donde... y al otro día me levante y... me dijeron que estabai' en la pieza de la Cata... - Su amigo hizo una pausa y lo miro con picardía... - Cochinon... - dijo Francisco levantando las cejas, y riendo con cara de curioso a Antonio... - Así que bueno, te fui a buscar, y nos vinimos. ¿Te acordai' que te desperté ahí?...
- Si po', si me acuerdo de eso obvio, pero... hubo algo, entre el momento en que estaba contigo en el living, y el momento en que llegue a la pieza de la Cata, que no me acuerdo... algo paso... - Antonio trataba en vano de recordar que era lo que había pasado. Esperaba que Francisco le diera una respuesta, una respuesta que lo alejara de lo que había visto en su sueño de esa noche, algo mas real, menos escalofriante...
- ¡Ejale perrito! - Dijo Francisco con una tremenda sonrisa en la cara - ¡Obvio que algo paso!, quizás hasta te comiste a la Cata ese día, ¡y el weon con mala cuea' no se acuerda! – Grito Francisco en medio del casino... y todos se volvieron a mirar...
- ¡Cállate weon! - Dijo Antonio avergonzado - ¡Puta que soy piolita...! - Exclamo, esperando a que se apaciguaran un poco los ánimos en el casino... - Además, no se, es que tuve un sueño y... - En ese momento, Antonio decidió darle un vuelco a sus pensamientos, y que quizás, lo que sucedió en esa fiesta, no fue del todo malo - ...Filo, en verdad, da lo mismo... - Mientras Francisco lo miraba sin entender nada, Antonio esbozo una sonrisa y le pregunto - ¿De verdad creí' que quizás me comí a la Cata?...
- ¡Obvio weon, estabai' en su pieza!, si es que por esas casualidades de la vida, no paso nada, seriai' el rey de los weones... - Le susurro Francisco a Antonio, con una seriedad fingida...
- No se...
- ¿Pero y que onda tu sueño, que era?...

Entonces Antonio le contó el sueño a su amigo, le hablo de la animita, de que orino sobre ella, del niño... del extraño olor que sentía luego de haber terminado, y todo eso, Francisco estaba atónito, aunque de todas formas seguía pensando que solo era un sueño lo que había tenido su amigo...

- ...Y eso no es todo, lo que mas me preocupa es que ante ayer, en la noche, sentí algo parecido, solo que no vi al niño, ¡te juro que fue lo mismo! el mismo dolor, el mismo olor, la misma desesperación, ¡fue todo igual a mi sueño!, entonces de verdad estoy preocupado, no se que hacer.
- Mmm... Igual es raro sentir un "olor" en un sueño... y por otra parte perdóname, pero yo nunca recuerdo tan detalladamente mis sueños, a lo mejor, podría darte el beneficio de la duda... - Dijo Francisco, pensando que quizás, algo raro tenia su amigo, lo que no implicaba que le creyera todo lo que decía... - ...En ese caso, a la única persona a la que podemos preguntarle es a la Cata...
- ¡¿Porque a ella?! - Dijo Antonio espantando, no le agradaba para nada la idea de contarle a Catalina su sueño y todo por lo que había pasado.
- Porque si estabai' en su pieza, obvio que ella sabe como llegaste ahí... y después de todo, existe la pequeña posibilidad de que esta historia, y todo lo del niño demoníaco... - Comenzó a decir Francisco con un tono sarcástico - ...sea solo una excusa de tu subconsciente y tu cuerpo que no quieren tener un "...y vivieron felices para siempre" con la Cata... - Termino Francisco haciendo un gesto de comillas con las manos...
- No creo... - Dijo casi susurrando Antonio, y con una sonrisa en su cara - Bueno, como sea, si le vamos a preguntar a la Cata, igual piola, no quiero contarle mi sueño, solo saber que paso esa noche...

Llegado ya el atardecer, Antonio volvía a su casa. No vio a Catalina en todo el día para preguntarle, lo cual lo mantuvo tenso a todo momento, quería saber ya lo que le ocurría, y por ahí podía comenzar a tener a respuestas. Una vez que estuvo en su casa, se fue directo a su pieza, quería dormir, daba lo mismo la hora, pero sentía que mientras mas tiempo estaba despierto, mas preguntas se hacía, y mas lo acosaba el sentimiento en su pecho...
Cuando vio su cama, se recostó, y cerro los ojos... eran aproximadamente las 7 de la tarde, y necesitaba descansar su mente. No pasaron mas de 5 minutos cuando sonó su celular, era Francisco...

- ¿Alo?
- ¡Toño!, ¿hablaste con la Cata?, ¿como te fue? - Le pregunto ansioso Francisco, apenas escucho la voz de su amigo...
- No, no la vi...
- Puta, ¿y porque no la llamai' a la casa?
- Porque no tengo ni siquiera su celular...
- ¿Te doy el numero de la casa?
- Ok, dale...

Dos minutos después de eso, Antonio estaba marcando el número de la casa de Catalina, no podía dejar de sentir un poco de nervio, primero porque ella le gustaba mucho, y segundo, porque iba a saber finalmente lo que le ocurrió el sábado pasado en su casa...

- ¿Alo? - Contesto al otro lado la voz de un hombre, parecía amable, casi exageradamente...
- Si, buenas noches... - Dijo cortés Antonio
- Buenas noches...
- Por casualidad, ¿se encontrara Catalina?
- ¿Quien la llama?
- Francisco - Mintió Antonio...
- Ok, espera un momento, te la llamo...
- Ok... - Antonio espero un momento en el teléfono, hubo silencio, hasta que una voz femenina, un poco ronca, respondió al otro lado del auricular...
- ¿Alo?...
- ¡Catalina!... hem soy el Antonio.
- ¿Antonio? - Pregunto Catalina confundida... - ¿Porque mi papá me dijo que era el Francisco?
- No se, me dio cosa... sorry por eso...
- Bueno filo, no te preocupes, quizás hasta fue para mejor...
- ¿Porque?
- No por nada, otro día te explico...
- Mmm... Ok, bueno, yo te llamo para hacerte unas preguntas del sábado...
- Ah ok, demás... si yo igual quería hablarte de eso...
- ¿Ah si?... ¿porque?
- Mira, mañana… ¿porque no te veni' a mi casa después de la U?, total salimos temprano... es que ahora 'toy tomando once, y no puedo hablar muy tranquilamente
- Hem... Ok, no te preocupes... - Respondió Antonio, a quien no lo dejo de poner nervioso la invitación de Catalina.
- Bueno, entonces cuídate mucho... nos vemos mañana, ¡besos!
- Igual a ti... - Dijo Antonio nervioso - ¡Chao!
- Chao.

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